Notas |
- I Vizconde de Pinheiro.
- Militar y administrador colonial portugués, que llegó a ocupar la gobernación de Angola (1853-1854).
Siendo muy joven se alistó en los batallones cívicos de Montevideo; fue promovido el 23 de marzo de 1823 a alférez, y luego a teniente, habiendo tomado parte en las operaciones militares efectuadas por la división de voluntarios del rey. Marchó entonces a Lisboa, en 1824, en compañía del general Alvaro da Costa, que lo distinguía por sus condiciones de militar y caballero.
No hay ninguna información sobre su vida hasta finales de 1832, cuando se unió como voluntario a las filas del ejército del rey Pedro IV de Portgal. Bajo las órdenes del general Zagalo, asistió al ataque de Foz el 24 de enero de 1833, pasando a servir luego bajo el mando de João Carlos de Saldanha Oliveira e Daun, 1º Duque de Saldanha, y amigo de su padre. Fue nombrado teniente del Estado Mayor General del ejército, en reconocimiento a sus buenos servicios y valentía evidenciados en todos los combates entablados, ya en la defensa del puerto, ya de la capital. Acompañando siempre a su general, cuando éste perseguía al ejército miguelista, se destacó una vez más en las tomas de Pernes, Luna y Torres Novas . Por el valor demostrado en la batalla de Almoster (18 de febrero de 1834), fue ascendido a capitán del Estado Mayor el 24 de julio.
Tomó parte en la "Revolta dos Marechais" entre julio y septiembre de 1837, siendo separado del ejército luego de la "Convenção de Chaves". Después de jurar lealtad a la nueva constitución, fue colocado en mayo de 1838 en la 3ª sección del ejército. En 1840 viajó a España con el Duque de Saldanha, que había ido a ocuparse de la cuestión de Duero, regresando a Lisboa en junio de 1841. Reintegrado al servicio activo, sirvió siempre bajo las órdenes del mariscal hasta 1851, después de haber tomado parte en la batalla de Torres Vedras. En abril de 1851, cuando el mariscal Saldanha entró en una revolución para derrocar el gobierno de António Bernardo da Costa Cabral, conde de Tomar, Ximénes fue uno de sus compañeros más fieles y uno de los oficiales más comprometidos con el movimiento, y por eso, cuando la guarnición de Porto se pronunció y se reorganizó el ejército, Ximénes fue elegido para ocupar el importante cargo de ayudante general de esa fuerza. Luego del triunfo de la revolución, el mariscal llegó a Lisboa; nombrando enseguida un Consejo de Ministros, al Ministro de la Guerra y al comandante en jefe del ejército; tratando de organizar la secretaría de ese comando, Ximénes fue nombrado subjefe del Estado Mayor General, dándole al mismo tiempo el grado de brigadier, y el título de vizconde de Pinheiro, de por vida, por decreto del 21 de mayo de 1851.
En agosto de 1851 fue nombrado gobernador general de Angola, aunque continuó desempeñando sus funciones de sub-jefe del Estado Mayor General hasta julio de 1853, en que partió para ultramar. Estando en aquél destino se distinguió por llevar a cabo extraordinarias medidas que beneficiaron al pueblo; e intentó dar la libertad a 150 esclavos, causando gran polémica en Portugal, discutiéndose el asunto en las cámaras y en la prensa, por lo que el gobierno tuvo a bien llamar al general, que so pretexto de enfermedad regresó a Lisboa en agosto de 1854, volviendo a ocupar su antiguo cargo en la comandancia en jefe del ejército hasta que esta disposición superior fue abolida.
De algunos de los homenajes que le tributaron en febrero de 1854, en vísperas de su regreso a Lisboa, encontramos el siguiente testimonio oficial: "La Cámara Municipal de esta ciudad (Loanda), a instancias del pueblo de toda la provincia de Angola, tomó la dirección de la generalidad de los festejos, y para que sus trabajos fuesen protegidos por la Divina Providencia, se dirigió a nuestro virtuoso Prelado Obispo de Angola y Congo, solicitando permiso para cantar un Te Deum y misa en la iglesia Catedral de Nuestra Señora de los Remedios, en acción de gracias por los felices años de aquel que vino a esta provincia sólo con el único fin de salvarla del abismo, en que de cierto se precipitara si la energía, esclarecida administración y medios conciliadores empleados por el Excmo. Vizconde de Pinheiro, no la hubiera desviado de la peligrosa senda en que a largos pasos caminaba".
Ese mismo día, la Comisión Mixta, los Cónsules Extranjeros, reconocidas personalidades del comercio, funcionarios públicos y oficialidad de los cuerpos de la guarnición, asistieron a las ceremonias religiosas en el Palacio de Gobierno, donde fueron atendidos por Manuel María Ximénez de Azevedo, hijo del gobernador, quien no pudo asistir personalmente por estar enfermo.
El Presidente Interino, Manuel do Nascimento y Olivera, destacó en su discurso el agradecimiento de Angola por todos los beneficios que dejaría su administración.
Pero lo más conmovedor fue el agradecimiento de 152 esclavos libertos, quienes en una artística caja de madera le entregaron personalmente unas cadenas de plata cinceladas, réplicas de las de hierro, que solían ponerle sus amos. En esa oportunidad dijeron:
"Excmo. Señor: Nosotros los libertos de esta ciudad, venimos en el día del natalicio de vuestro virtuoso y Excmo. Padre, a presentaros el modelo de los hierros que S.E. sacó a nuestros infelices hermanos dándoles la libertad. Llevádlos, señor, para mostrar en la Europa cuánto sufrían los infelices africanos antes de la venida de vuestro noble padre, y plague a los cielos que seáis tan feliz, cuanto de beneficio ha hecho a la raza humana".
Ya de vuelta en Lisboa sirvió un tiempo como jefe de estado mayor en el comando del cuerpo al que pertenecía, y en 1865 fue ascendido a general de brigada y más tarde nombrado vocal del Consejo Supremo de Justicia Militar. En diciembre de 1869, participó en la sublevación de algunos oficiales en favor del mariscal duque de Saldanha y en contra del ministro de la Guerra, acompañándolo en el movimiento del 19 de mayo de 1870; permanecido en el Tribunal Supremo hasta su retiro en 1874 con el rango de general de división.
Fue galardonado con el grado de Comendador de las Órdenes de Cristo, de la Torre y de la Espada, y de la de Nuestra Señora de la Concepción de Vila Viçosa; fue también caballero de Avis; galardonado con la Cruz de Oro por las campañas del Río de la Plata; con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, comendador de la Orden de Carlos III; y Caballero de 1ª Clase de la Orden de San Fernando, todas éstas españolas.
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