Notas |
- Letrista y periodista, conocido por el pseudónimo de "Juan Tribuna". Entre sus obras se encuentran "Anoche en el club", "Hoy te toca reír", "Negro lindo" y "Puñadito de sal" (pasodoble).
Tenía 17 años cuando por vocación dedicóse al periodismo siendo "La Novela Semanal" la que recogió en sus páginas sus primeros escritos allá por 1926, y al morir era profesor en el Círculo de Periodistas Deportivos.
Fueron numerosos los diarios y revistas del país, como algunas del exterior, que contaron con sus colaboraciones, especialmente las deportivas pues fue en box y fútbol un avezado comentarista; pero donde trabajó duro ha sido en "La Razón" muchos años, llegando a prosecretario de redacción. Allí se hicieron populares sus notas Lo que no dice la crónica, firmadas con su seudónimo de Juan Tribuna. Diarios como "La mañana", de Mar del Plata, y "El Diario", o revistas como "La cancha", "El Gráfico", "River", "Guía pugilística" y "Revista Nacional de Aeronáutica", donde escribía "En alas del recuerdo", y otras, supieron de sus ágiles comentarios.
Por radio leyó los boletines noticiosos por la onda Splendid mucho tiempo y hacía el "Reporter Esso", con Américo Barrios, Benedicto y otros, desde su creación en 1939, trabajando también para la United Press. Antes había sido locutor en la Prieto y actor en la compañía de Silvio Spaventa en la obra radioteatral "Papel picado" y alguna otra. Para una radio de Mar del Plata escribió "El último round" y para la televisión hizo con Borocotó, Fioravanti, Buzzo, etc., 43 en el deporte por Canal 9 y algo para Canal 11.
A la canción ingresó en 1926 con "Puñadito de sal", el primer pasodoble que grabó Carlos Gardel, al que siguieron unos treinta títulos entre los que se destacan la rumba "El manisero [b]", los fox-trots: "No te fíes nunca de las rubias", "Pero las rubias me gustan más", el vals "Me ha dicho que me quiere", los tangos: "En el montón", "Anoche en el club", "Hoy te toca reír", "Y no pasó nada"; que contaron con la colaboración de Nicolás Verona, Vicente Fiorentino, etc.
A Gardel lo conoció en el ejercicio de su profesión y recordaba que cierta vez cenando en una cantina de la cortada Carabelas, entró Carlitos y lo saludó diciendo: "¿Qué hacés pibe?", y encarándolo súbitamente le dijo: "Dedicate a lo tuyo... Dejá el tango para los que saben". Quedó estupefacto y sin respuesta ante aquella salida del cantor. [2]
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