Norberta Aguirre Echeverría[1]

Mujer 1850 - 1917  (66 años)

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  • Nombre Norberta Aguirre Echeverría 
    Nacimiento 6 Jun 1850  Donamaría, Navarra, Navarra, España Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Sexo Mujer 
    Fallecimiento 1917 
    ID Persona I4892  Los Antepasados
    Última Modificación 22 Dic 2009 

    Padre Juan José de Aguirre Moriones,   n. Donamaría, Navarra, Navarra, España Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Madre Graciosa Echeverría Jáuregui,   n. Almandoz, Navarra, Navarra, España Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    ID Familia F2891  Hoja del Grupo  |  Family Chart

    Familia Manuel Francisco Albistur Boloqui,   n. 1841, Lesaka, Navarra, Navarra, España Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    ID Familia F2906  Hoja del Grupo  |  Family Chart
    Última Modificación 22 Dic 2009 

  • Mapa del Evento
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  • Notas 
    • Norberta de Aguirre y Echeverría, heredera del Palacio de Aguirre, nacida en Donamaría el 6-VI-1850, y fallecida en 1917. Estuvo casada con Manuel de Albistur y Boloqui, natural de Lesaca, Vicepresidente de la Diputación Foral y Provincial de Navarra. Manuel y Norberta hubieron dos hijos: Asunción y Gracián de Albisur Aguirre. Este Ingeniero Agrónomo y Profesor en la Universidad de Pamplona. Ambos solteros y últimos propietarios del Palacio de Aguirre, actualmente convertido, a la muerte de ellos, en casa de Religiosas de Caridad. De la rama argentina de nuestra familia, primera visitante del Palacio armero de sus mayores fué mi "Tia Tó" -- Victoria Aguirre Anchorena -, a principios de octubre de 1913. Ella peregrinó a Donamaría desde Biarritz en su Rolls Royce conducido por el fiel chofer José Casal, y la acompañaban Manuel Augusto -- "Mangolo" -- Rodríguez Pividal y Otilia Alcorta, su mujer. Años más adelante, también pasaron por aquellos lares solariegos y conocieron a sus parientes "palacianos", las Leloir Aguirre de Buenos Aires. En cuanto a mí, el mes de agosto de 1928 -- pleno verano -- visité el Palacio de Aguirre, en Donamaría, con mis padres y hermanas y mi tío Rafael Aguirre Lynch. Después de almorzar en Hendaya, cruzamos la frontera en automóvil por Irún, y tras un recorrido de 37 kilómetros a través de las localidades de Vera, Sumbilla y Santesteban, que jalonan el delicioso paisaje montañés, llegamos a Donamaría. El Palacio de Aguirre que se nos presentaba a la vista, había sido reedificado en 1786, sobre el mismo lugar y en reemplazo de la añeja Torre armera que destruyeron sucesivas invasiones francesas. El vasto caserón enclavábase de espaldas al declive de una colina verde poblada de robles, hayas y castaños; en cuyas otras estribaciones desperdigábanse alquerías con sus sembraduras en madurez; y toda la perspectiva del grandioso panorama tenía por fondo, recortados contra un cielo azul, los soberbios picachos del "frio y silboso Pirineo" -- como lo adjetivó Don Quijote. La hidalga mansión de los Aguirre configura un paralelogramo de compacto volumen. Firmes paredes blanqueadas a la cal, y puertas y ventanas de distintos tamaños, en la planta baja del edificio como en los dos pisos superpuestos, se coronan, a cuatro aguas, con techumbre de tejas. El frontis -- como de treintitantos metros de largo -- destaca en su centro al portalón de entrada principal claveteado de hierros. Encima suyo, el gran balcón del primer piso con barandilla corrida, sostenido por talladas ménsulas de roble, ostenta, en bajorrelieve de mármol, el primitivo escudo de los Aguirre: una loba amamantando dos crias, junto al tronco de una encina. La añosa vivienda contenía, a nivel del suelo, amplios locales destinados a cochera, establos, granero y depósito de herramientas de labranza. Ascendida la escalera, en el primer piso hallábanse salas de recibo; dormitorios y aposentos con paredes de más de un metros de anchura, resistentes al rigor invernal de la montaña; sólidos muebles y armarios con viejos papeles, que remontaron la imaginación del visitante a los aguerridos tiempos de la Casa-Torre de sus antepasados, cuando en pos del Alférez Mayor de la comarca -- cual poetizaba Lope de Vega -- "cien soldados nabarros le seguían, del valle de Baztán hidalgos todos". Como a dos o tres kilómetros del solariego caserón, en torno a la Iglesia lugareña consagrada a la Asunción de Nuestra Señora, extendíase el recinto vecinal de Donamaría, con sus barrios -- Arce, Igunín, Azcárraga, Gaztelú -- que, según recuento practicado entonces -- sumados los caseríos dispersos por el campo -, totalizaba 331 edificios, para una población de poco más de 600 almas. por Carlos F. Ibarguren Aguirre

  • Fuentes 
    1. [S112] Ibarguren Aguirre, Carlos Federico, Los Antepasados, A lo largo y mas alla de la Historia Argentina, (Trabajo inedito), Tomo II, Los Aguirre (Confiabilidad: 3).