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Manuel Maximiano Alberti Marín, (*)

Manuel Maximiano Alberti Marín, (*)

Varón 1763 - 1811  (47 años)

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  • Nombre Manuel Maximiano Alberti Marín  [1, 2
    Sufijo (*) 
    Nacimiento 15 May 1763  Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [1
    Bautismo 28 May 1763  Parroquia Inmaculada Concepción, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [2
    • Fueron sus padrinos Juan Javier Dogan y doña Isabel de Soria y Santa Cruz.
    Sexo Varón 
    Fallecimiento 11 Ene 1811  Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [3
    ID Persona I81694  Los Antepasados
    Última Modificación 30 Dic 2023 

    Padre Antonio Alberti Fulle,   n. Ducado de Saboya, Piamonte, Italia Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Madre Juana Agustina Marín Pérez de Velasco,   n. 27 Ago 1743, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Matrimonio 2 May 1762  Parroquia Inmaculada Concepción, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [2
    ID Familia F28182  Hoja del Grupo  |  Family Chart

  • Mapa del Evento
    Enlace a Google MapsNacimiento - 15 May 1763 - Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
    Enlace a Google MapsBautismo - 28 May 1763 - Parroquia Inmaculada Concepción, Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
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  • Fotos
    Alberti Marín, Manuel Maximiano
    Alberti Marín, Manuel Maximiano

    Lugares
    Alberti Marín, Manuel Maximiano
    Alberti Marín, Manuel Maximiano
    Su monumento en la plaza principal de la ciudad de Alberti, prov. de Buenos Aires.

  • Notas 
    • Sacerdote. Inició sus estudios en el Real Colegio de San Carlos, y luego los continuó en la Universidad de Córdoba donde obtuvo el doctorado en teología y cánones, el 16 de julio de 1785. A año siguiente, recibió la unción sacerdotal. Durante tres años fue teniente Cura de la Concepción en esta capital. En 1790, se le nombró Cura y Vicario interino del partido de la Magdalena. Luego de dirigir la Casa de Ejercidos de Buenos Aires por espacio de tres años, función de verdadera di5tinción y responsabilidad, fue designado el 12 de enero de 1802, tras imponerse en el pertinente concurso eclesiástico, Cura de San Fernando de Maldonado, en la Banda Oriental. Allí sufrió el saqueo de los invasores ingleses en 1806. En dicha ocasión el presbítero Alberti y su teniente, fueron arrestados, mientras sepultaban a los muertos y conducidos a prisión, según recuerda el historiador Francisco
      Bauzá. Se le acusó además de mantener correspondencia reservada con los jefes de una tropa española destacada en Pan de Azúcar. Liberado por el jefe vencedor, se refugió en Montevideo en diciembre de 1806. Después de la derrota de los ingleses pudo volver a desempeñar su curato hasta fines de 1808. También por concurso obtuvo en ese año, el curato de San Benito de Palermo, nueva jurisdicción eclesiástica unida al de San Nicolás de Bari. Luego de despedirse de sus feligreses de Maldonado inició su nuevo cometido pastoral, en el que lo sorprenderla la Revolución de Mayo a cuyo éxito contribuyó mediante una activa acción realizada junto a los jefes del movimiento. En el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, su voto fue francamente revolucionario, siendo uno de los 19 que votaron la fórmula de "subrogar el gobierno en el Cabildo, con voto del síndico, hasta la elección de la Junta con diputados del Virreynato". Dice el cronista Ignacio Núñez que Alberti era muy "recomendable por sus méritos en el servicio del curato de San Nicolás, como por la liberalidad y decisión con que habla abrazado la causa de la patria". Su manifiesta influencia en el clero sirvió para representarlo como vocal de nuestro primer gobierno patrio el 25 de mayo, junto con otros ocho esclarecidos patriotas. Su inclusión en el gobierno se considera prueba del espíritu de conciliación que animó a los revolucionarios. Era de tendencia conservadora, y gran amigo y admirador de Moreno, a quien apoyó siempre en sus soluciones reformistas. Formó parle de la redacción de la Gazeta de Buenos Aires, con Moreno en 1810, y la Junta lo designó como crítico receptor de todo cuanto al nuevo periódico se presente. Continuó escribiendo hasta después del alejamiento de Moreno. Su pluma figuró para predicar el ideal revolucionario. De su breve gestión cabe recordar que suscribió todas las medidas de gobierno que tomó la Junta, menos la de pasar por las armas a Liniers y a los demás jefes de la reacción en Córdoba. Amparado en su estado sacerdotal, negóse a tomar parte en el debate, y concluido éste, apenas firmada la fatal sentencia, volvió a entrar, seguro de que su opinión no modificaría la medida. Cuando los nueve diputados de las provincias, solicitaron su incorporación a la Junta de Gobierno, encabezados por el Deán Funes y sostenidos por Saavedra y su partido, Alberti les concedió su voto favorable, en contra de la tenaz oposición de Moreno. Fundamentó su voto declarando que sólo accedía "por conveniencia política" del momento, pues tal pretensión era contra todo derecho y la preveía origen de muchos males. Las circunstancias posteriores que sobrevinieron demostraron la verdad de sus predicciones. La incorporación de los diputados produjo la caída de Moreno, y aceleró la muerte de Alberti, a juicio del citado Núñez, pues separado aquél del gobierno, sostuvo después grandes y acaloradas discusiones con el Deán Funes. Fue una de las primeras víctimas de nuestras disensiones internas. De regreso de una reunión celebrada en el Fuerte, falleció en esta ciudad, repentinamente, de un sincope, el 11 de enero de 1811, siendo sepultado dos dlas después. El ilustre sacerdote desaparecía del escenario público a los 48 años, sin la satisfacción de ver consumada la independencia argentina a la que tanto había contribuido. En carta a Feliciano Chiclana, Domingo Matheu, se expresó así de Alberti: ¡Amigo, perdimos a un hombre...! ¡Debe llorarlo todo buen patriota! En 1822, el gobierno dispuso que una de las calles céntricas de la ciudad perpetuara su nombre. El 19 de junio de 1910, fue inaugurada su estatua en las barrancas de Belgrano, obra de Lucio Correa Morales, acto en el que hicieron uso de la palabra Miguel Escalada, en nombre del gobierno nacional, y Adolfo P. Carranza, por la comisión de homenaje al prócer. Una escuela de la Capital, una estación del ferrocarril y un partido importante del oeste de la Provincia de Bs. As. llevan su nombre como homenaje a su memoria. [3]

  • Fuentes 
    1. [S112] Ibarguren Aguirre, Carlos Federico, Los Antepasados, A lo largo y mas alla de la Historia Argentina, (Trabajo inedito), Tomo VII, Los Dogan (Confiabilidad: 3).

    2. [S1315] Dato aportado por.
      Graciela Telma Colombo colombogt(AT)yahoo(DOT)com(DOT)ar

    3. [S137] Cutolo, Vicente O., Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, (Editorial Elche, Buenos Aires, 1968. De este diccionario se editaron varias ediciones actualizadas, hasta el 2004.).