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Antonio Álvarez Jonte, (*)

Antonio Álvarez Jonte, (*)[1]

Varón 1784 - 1820  (36 años)

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  • Nombre Antonio Álvarez Jonte 
    Sufijo (*) 
    Nacimiento 1784  Madrid, España Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Sexo Varón 
    Fallecimiento 18 Oct 1820  Pisco, Ica, Perú Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    ID Persona I616644  Los Antepasados
    Última Modificación 31 Ene 2018 

    Familia Manuela Salces  [2
    Hijos 
    +1. Juana Antonia Manuela Álvarez Jonte Salces,   c. 7 Ago 1809, Parroquia El Sagrario, Santiago, Santiago, Chile Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.
     2. Jorge Guillermo Álvarez Jonte Salces,   c. 29 Sep 1811, Parroquia El Sagrario, Santiago, Santiago, Chile Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.
     3. Wenceslao Miguel Álvarez Jonte Salces,   n. 29 Sep 1813, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.
    ID Familia F206238  Hoja del Grupo  |  Family Chart
    Última Modificación 16 Dic 2021 

  • Mapa del Evento
    Enlace a Google MapsNacimiento - 1784 - Madrid, España Enlace a Google Earth
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  • Fotos
    Álvarez Jonte, Antonio
    Álvarez Jonte, Antonio

  • Notas 
    • Cuando tenia 9 años su familia se radico en Buenos Aires
      Pasó a Córdoba a seguir sus estudios de latín y filosofía, graduándose de bachiller. Después se trasladó a Chile en cuya universidad de San Felipe se graduó de abogado en 1809, regresando a Buenos Aires
      1810 tomó valiente participación en el movimiento emancipador. Su actividad y decisión en aquellas jornadas memorables, le valieron para que el gobierno patriota lo enviara a Chile para despertar allí el sentimiento que había penetrado en los habitantes de esta ciudad
      18-9-1810. casualmente el día que en el pueblo hermano se producía análogo movimiento al nuestro, la Primera Junta expedía un decreto, en el que después de los considerandos correspondientes, se expresaba que: "ha nombrado la Junta por su comisionado con todas las facultades y representación que corresponden, al doctor don Antonio Alvarez Jonte para que pasando al expresado Reino de Chile, se acerque al ilustre Cabildo de aquella capital y conferenciando con los Señores que lo componen, les manifieste el verdadero estado de la monarquía y el de nuestros negocios, interpelándoles a nombre del Rey y de la Patria a que tomen aquellas medidas legales que apoyadas en el voto general del Reino, liberten a este de las convulsiones y esclavitud a que se veían expuestos en los críticos momentos de la pérdida total de España".
      Al llegar a Mendoza el joven comisionado se enteró del cambio político operado en Chile y no obstante su falta de credenciales ante las nuevas autoridades allí constituidas, prosiguió su camino, llegando a Santiago el 29-10-1810, jornada memorable en que González. Balcarce obtenía la primera victoria de los armas independientes, Alvarez de Jonte era recibido con toda solemnidad por la Junta chilena, en presencia de todas las corporaciones políticas y pronunciaba su discurso de recepción, prestigiando la necesidad imperiosa de una alianza indestructible entre Chile y las Provincias del Rio de la Plata, tendiente a afirmar el porvenir de sus pueblos

      Fray Melchor Martínez, testigo y cronista de aquella recepción, en su "Memoria Histórica" la describe así: "Se presentó al gobierno el diputado por Buenos Aires y a presencia de la Junta, del Cabildo, de los Ministros de Real Hacienda y de la Real Audiencia, peroró con la mayor energía, reduciendo su arenga a tres puntos principales: En el 1ro expuso que la España estaba agonizante y próxima, sin poderse evitar, a ser presa del tirano Bonaparte. En el 2do explicó ser punto averiguado y seguro que los mandones déspotas del antiguo gobierno en América estaban de acuerdo en entregar sus respectivas provincias al usurpador francés; y en el 3ro dedujo y probó la necesidad de establecer entre Buenos Aires y Chile una firme y perpetua alianza para sostenerse mutuamente y realizar las ideas del nuevo sistema que convenia. Y que bajo de estas bases debían estipularse desde luego, "primero, que la paz y la guerra se aceptasen o repugnasen de mutuo consentimicnto; segundo, que los tratados comerciales debían ser pactados de común acuerdo; y tercero y último, que todo el régimen político, así interior como exterior, había de ser idéntico y conforme al nuevo sistema que los dos gobiernos habían adoptado". Este discurso, pronunciado con vigorosa elocuencia, fué escuchado con vivo interés por los presentes
      29-11-1810 la Primera Juntá elevó su comisión acreditándole ante la de Chile, pronunciando con este motivo un nuevo discurso completamente revolucionario, que causó honda sensación en todas las planas sociales. La sagacidad y valentía que desplegó Alvarez de Jonte en el desempeño de su misión fueron admirables; no dio un momento de reposo al virrey, en cuyo propio despacho de Lima logró liacer deslizar panfletos y noticias hábilmente concebidas para hacer nacer la zozobra y la anarquía en su derredor. Fué confidente íntimo de Rozas y de Manuel Salas y con la entusiasta aprobación de estos, propuso un tratado solemne de amistad y alianza que llamó la Primera Unión del Sud, que fué la primer manifestación concreta de la diplomacia independiente en el continentes y una de las glorias imperecederas de la Revolución de Mayo.
      Enfermo y extenuado, hizo entrega de su cargo a don Bernardo Vera y Pintado, el 27 de septiembre de 1811, regresando al Río de la Plata e incorporándose al Cabildo en calidad de Regidor
      25-5-1812, por encargo del Triunvirato y con motivo del segundo aniversario de la Revolución, pronunció en la plaza de la Victoria un vibrante discurso, lleno de ideas y elevados conceptos: "Ciudadanos ? dijo ?. va a empezar el año tercero de nuestra regeneración política, y la obligación de rendir a la Patria los honores que ella pueda perpetuar en esta nueva era nos empeña a ofrecer un homenaje digno de vosotros y propio de las circunstancias. Época tan memorable debe sin duda grabarse no en mudos y yertos mármoles, sino en los corazones capaces de conservar aquella fuerza que no pudo extinguir la tiranía. Para celebrar tan grata memoria necia e indebidamente adoptaría"mos una solemnidad periódica, que confundiera nuestras glorias con las fiestas que han acostumbrado preparar los déspotas: un pueblo que buscó su libertad, y que es digno de ella, solo solemniza sus funciones llenando altos fines de la sociedad, y ofreciendo sus deberes a la sociedad aún afligida".
      8-10-1812 la revolucion lo llevó al gobierno, siendo elegido con Juan José Paso y Nicolás Rodríguez Peña, para constituir el secundo Triunvirato, creador de la Asamblea Nacional Constituyente de 1813. que asentó de hecho la soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata
      sep. 1813 conjuntamente con el doctor José Francisco de Ugartcche y don Juan José Núñez, integró la "Comisión Directiva", creada con el fin de establecer en las provincias interiores el orden político y civil, arreglando y corrigiendo la administración pública, que fué extendida el 27 de diciembre al procesamiento del general Manuel Belgrano, con el fin de esclarecer su conducta a raíz de las desastrosas batallas de Vilcapujio y Ayohuma, mandando en jefe el Ejército del Alto Perú. Alvarez de Jonte se puso de acuerdo con San Martín y el juez trocóse en un justo glorificador del ilustre general vencido, que aún daría a la Patria grandes triunfos, aunque no fuesen de carácter militar.
      14-4-1815, Alvarez Jonte se presentó en el campamento del Director Supremo, general Alvear, requiriéndole la renuncia de su elevado cargo con el fin de salvar al país de un escándalo sangriento. Al tomar esta actitud. Alvarez Jonte conspiraba contra sus propíos intereses, ya que estaba sindicado como uno de los partidarios más decididos del gobernante caído. Esta fué la única causa de su destierro a Londres, decretada "a fin de que alejado por este medio no le sea fácil entrar en revoluciones que le hagan lugar a la venganza protestada en su confesión". En Londres vivió con los recursos que le enviaba el ilustre general San Martín y allí frecuentó el trato de algunos políticos que se interesaban por la independencia de América, entre ellos Blanco White y Jeremías Bentham, filósofo, jurisconsulto y publicista inglés
      Alvarez Jonte contribuyó eficazmente a la creación de la escuadra de Chile y el 28-11-1818 llegaba a Valparaíso en la fragata "ROSA", con lord y lady Cochrane. Regresaba a la tierra americana enfermo, pues estaba tuberculoso y hepático, reagravándose su salud en el mar y por esta causa exclamaba: "¡Odio el mar!", al escribirle al activo secretario de San Martín, don Tomás Guido. No obstante su salud precaria, la Logia Lautaro le impuso la obligación de vigilar al almirante Cochrane, y también para asesorarlo y con este fin, fué nombrado auditor de marina y secretario general de la escuadra y encargado de dirigir la propaganda revolucionaria en el Perú
      La codicia y los celos del almirante Cochrane, le dieron horas terribles que solo pudo soportar gracias a su adhesión a la causa de la libertad
      12-8-1819, Guido anunciaba a su ilustre general desde Santiago de Chile: "Mañana espero a Jonte moribundo"; y pocos días antes el mismo Jonte había escrito a San Martín: "Ya no tengo pulmones para seguir escribiendo"
      12-1-1820, Jonte moribundo era nombrado, por orden de San Martín, auditor del Ejército de los Andes
      20-8-1820 en Valparaíso, se embarcaba en el navio "San Martín", que comandaba el capitán de fragata don Guillermo Wilkinson, el cual tenía 492 tripulantes y montaba 64 cañones. En él se embarcó el general San Martín con todo su Estado Mayor, rumbo a las costas peruanas. El mar, ese terrible enemigo de Alvarez Jonte, lo recibía alborozado para acabar con su preciosa existencia
      8-9-1820 a las cuatro de la mañana, El Ejército Expedicionario iniciaba su desembarco en la playa de Pisco, operación que quedó totalmente terminada el día 11
      La escuadra permaneció en la bahía de Paracas, mientras el ejército desembarcado, iba tomando las orientaciones que le fijaba San Martin
      Entretanto. Alvarez de Jonte vivía sus días postreros y el 18 de octubre expiraba en Pisco, satisfecho de haber logrado su gran aspiración: ver a San Martín asentando sus reales en el Perú
      Fué enterrado en la iglesia matriz de Pisco, en medio de un duelo universal sentido por el ejercito

      Cuando el general San Martin penetró en Lima, el 10-7-1821, "sin disparar un tiro", como lo había prometido, decreto la traslación de sus restos al panteón de la ciudad de los Virreyes, con fecha 21-12-1821, anteriomente, el 15-10-1821 habia decretado que el baluarte "Principe" de las defensas del Callao llevase en adelante el nombre de "Jonte"

      En el decreto de traslacion de los restos al panteon de Lima, el Libertador disponia que los 3 hijos de aquel que habian quedado "sin más patrimonio que la fama de las acciones de su padre", quedarían a cargo del gobierno, con una pensión vitalicia de 360 pesos anuales, cada uno de ellos

      Al trasladarse los restos a Lima, el ejército llevaría luto por dos días y, en el decreto respectivo, San Martín formuló el cálido elogio del muerto: "La Patria perdió en él, decía, un antiguo defensor de sus derechos y el ejército un digno compañero de sus empresas. Su muerte prematura fué obra de la intrepidez de su celo. Desde que se presentó sobre la escena de la revolución obtuvo el rango propio de su distinguido talento, y en todas circunstancias acreditó la integridad de un magistrado, el celo de un patriota y la virtud de un buen ciudadano"

      Recopilacion por Guillermo Garcia

  • Fuentes 
    1. [S179] Yaben, Jacinto R., Biografías Argentinas, tomo 1 pag 178 (Confiabilidad: 3).

    2. [S179] Yaben, Jacinto R., Biografías Argentinas, tomo 1 pag 178.