Notas |
- Comerciante. Era nacido en Tucumán, probablemente, hacia 1783. Desde joven dedicóse al comercio, y fue Regidor Alférez Real del Cabildo. Al producirse la Revolución de Mayo abrazó con entusiasmo el nuevo orden de cosas. El patriotismo que demostró sirvió para que los españoles europeos de esa ciudad, recelaran de su personalidad, llamándosele "el joven atolondrado". Denunció al gobierno de las Provincias Unidas, que con la muerte del comerciante español Manuel Reboredo se dispuso que todos sus bienes se remitiesen a España, cuando a su juicio, consideraba que era preferible que quedasen en el país a beneficio de la Revolución. Además, decía, que no había un patriota en el Cabildo local, en la plaza y en las calles... A raíz de esa denuncia, el gobierno central pidió informes al Cabildo, quien en sesión especial del 14 de agosto de 1812, mandó instruir un sumario exigiendo la presencia de todos sus miembros. Al ratificar su denuncia, Aráoz dijo terminantemente que el cargo comprendía a todos los europeos, porque según su manera de pensar "no hay uno adicto al sistema", y que incluso lo demostraban sus mismas familias en todas partes. Simultáneamente, los patricios presentaron un escrito al Cabildo lleno de vehemencia, y en forma violentísima contra Aráoz, solicitando que se le obligara a iniciar causa judicial contra cada uno de los firmantes para probar sus asertos. Eñ Cabildo contestó de inmediato, de que no existían cargos pendientes contra los patricios, y les pedía que "multipliquen las demostraciones de los santos sentimientos que les animan en favor de la causa". Los europeos, por su parte, también se presentaron al Cabildo, quejándose amargamente de las calumnias levantadas por Aráoz contra el vecindario, y, requerían se hiciera informar "al tesorero si es cierto que han contribuido con dinero a la causa y se levante información, de las personas distinguidas, para probar su completa obediencia a la Junta", y mientras tanto, "se cautele la persona del denunciante y se embarguen sus bienes hasta la terminación de estas diligencias". No satisfechos aún los epañoles europeos pidieron prestar juramento solemne de fidelidad a la Patria y al gobierno, dispuestos a defenderlos con nuestros bienes y personas hasta derramar la última gota de sangre, cosa que así se hizo ante el gobernador militar, teniente coronel José Gazcón. De esta manera, quedó definitivamente concluido el conflicto suscitado con los españolñes europeos por parte de Cayetano Aráoz, que la posteridad lo recuerda por su acendrado patriotismo. [3]
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