Notas |
- Nació en el Valle de Punilla, provincia de Córdoba. Comenzó a destacarse a nivel nacional en 1806 como capitán del cuerpo de soldados llamado de Arribeños que marchó desde la ciudad de Córdoba para liberar a Buenos Aires de las invasiones inglesas. En 1807, ante la segunda tentativa británica de invadir Buenos Aires, tuvo una actuación destacada cuando al frente de una tropa de 30 hombres logró rendir a un fuerte contingente del famoso Regimiento 88° de infantería británico. Su valor le valió la promoción a Teniente Coronel del cuerpo de Arribeños.
Participó activamente en la Revolución de Mayo de 1810, siendo uno de sus principales exponentes en el "interior". En abril de 1811 fue designado miembro del Tribunal de Seguridad Pública. Pero al caer el sector que respondía a Saavedra, es apartado del mando militar. Continuará su oficio de comerciante hasta 1815 cuando, después de la caída del Director Supremo Alvear, el nuevo Director Supremo Ignacio Alvarez Thomas lo reintegra al servicio activo y lo destina al Ejército del Norte. No tardó en convertirse en uno de los oficiales de confianza de Manuel Belgrano, y alcanzó el grado de Coronel Mayor del Ejército Auxiliar del Perú, participando en las batallas de Sipe-Sipe, VIlcapujio y Ayohuma adversas a la causa patriota.
Pese a su origen provinciano, al estallar los conflictos internos entre el Directorio y las provincias que aspiraban a mayores grados de autonomía Bustos permaneció leal al primero. En 1816 combate contra el caudillo santiagueño Borges, y en 1818 se enfrenta con el Brigadier Estanislao López, gobernador de Santa Fé, miembro de la Liga Federal y aliado de Artigas, al que derrota en Fraile Muerto (hoy Bell Ville, Córdoba).
En 1819 el gobierno de Buenos Aires intenta quebrar una vez más la Liga Federal y lanza una campaña contra López. El 18 y 19 de febrero Bustos combate con López en La Herradura (Río Tercero), sin que la batalla arroje un ganador decisivo. El 10 de marzo se produce un nuevo combate en Las Barrancas, Córdoba, en el que las fuerzas de López se imponen sobre las de Buenos Aires mandadas por Juan José Viamonte. El 12 de abril se firma un armisticio en San Lorenzo, cuyos efectos durarán muy poco, pues en noviembre se reanudan las hostilidades.
El 9 de enero de 1820, una parte sustancial del Ejército del Norte (o Auxiliar del Perú) se sublevó en Arequito, Santa Fe. Este episodio es conocido como "Motín de Arequito", aunque en realidad su objetivo central es apartar al ejército de la guerra civil. Bustos será uno de los líderes, junto a su comprovinciano el general José María Paz y el general oriundo de Tucumán Alejandro Heredia. En una carta posterior, sostendrá Bustos que las armas de la Patria, distraídas del todo de su objeto principal, ya no se empleaban sino en derramar sangre de sus conciudadanos, de los mismos cuyo sudor y trabajo les aseguraba la subsistencia. Apenas un mes después, tras la batalla de Cepeda, caerá el último Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, José Rondeau.
Bustos se encaminó a Córdoba, donde fue elegido gobernador en marzo de 1820. Habiendo adherido ya a la causa federal, procuró estrechar relaciones con el resto del país. Mantuvo fuertes vínculos con San Martín y con con Güemes, y se reconcilió con López. Tuvo importante actuación en el Pacto de Benegas (24 de noviembre de 1820) al enviar diputados cordobeses que representaban a Córdoba y a las provincias de Cuyo y el Noroeste. Por dicho tratado se logró una tregua entre las provincias y se convino realizar un Congreso Nacional para enero de 1821, aunque esto último no pudo concretarse.
Su base política en Córdoba eran la población rural, algunos sectores ganaderos, el bajo clero y grupos que habían formado parte del artiguismo. Realizó un gobierno progresista, con estabilidad y tolerancia para los opositores. El 30 de enero de 1821 se promulgó el Reglamento Provincial, una carta constitucional que consagraba el respeto por los derechos y las libertades individuales. El 26 de septiembre de 1822 creó la Junta Protectora de Escuelas, con el objeto de promover la educación elemental en las áreas rurales. Reacondicionó y equipó a la Universidad, y reglamentó el comercio.
Al finalizar su mandato, en 1825, sus partidarios lo propusieron para la reelección. Pero la Legislatura, mediante una maniobra, impuso en el cargo a un político moderado de tendencia unitaria, José Julián Martínez. El artilugio despertó la ira de los partidarios de Bustos que, con el apoyo de los comandantes de campaña (comandantes de las milicias rurales) disolvieron la Legislatura y eligieron una nueva que el 30 de marzo de 1825 lo consagró nuevamente gobernador.
La postura federal sostenida por Bustos habría de chocar con las pretensiones centralistas del unitario Rivadavia, que desde Buenos Aires procuraba consolidar el poder central. Bustos ordenó destituir a los representantes cordobeses que habían apoyado la política unitaria en el Congreso General de 1824, y (como todos los gobiernos provinciales excepto dos) se negó a aceptar la Constitución de 1826.
Para evitar el avance centralista de Buenos Aires, Bustos se acercó a Facundo Quiroga. En una carta dirigida a este, lo instará a oponerse a los propósitos de Rivadavia: "Es necesario hacer ver a estos serviles que no somos caciques, sino unos amantes de la libertad de nuestra patria y nuestros pueblos". El descrédito en que se había sumido el gobierno de Rivadavia llevará a Bustos a lanzar, en mayo de 1827, una propuesta para organizar la república sobre bases federales.
Su prestigio y su buena administración lo habían convertido en el líder natural de las provincias; por lo tanto, será uno de los primeros objetivos de la reacción unitaria posterior al derrocamiento y asesinato del Manuel Dorrego, caudillo federal que gobernaba Buenos Aires tras la renuncia de Rivadavia en 1827 y la disolución del endeble poder ejecutivo nacional que este presidía. Así, el general José María Paz, el más hábil de los jefes militares unitarios, marchó sobre Córdoba. Bustos se retiró hacia San Roque. En ese sitio (hoy cubierto por las aguas del Lago San Roque), Paz lo atacó imprevistamente el 22 de abril de 1829 infligiéndole una completa derrota.
Bustos escapó hacia La Rioja para solicitar la ayuda de Quiroga; este organizó una fuerza para enfrentar a Paz con tropas de su provincia y milicias cordobesas comandadas por el propio Bustos. Unitarios y federales se enfrentaron en La Tablada (entonces un paraje aledaño a la ciudad de Córdoba, y hoy el barrio de Cerro de las Rosas de esa ciudad) el 22 y 23 de junio de 1829. El ejército unitario comandado por Paz, numéricamente inferior pero mucho más disciplinado, mejor pertrechado y con abrumadora superioridad de artillería y -sobre todo- dirigido por un extraordinario táctico-estratega, derrota a los federales. Bustos combate con extraordinaria valentía, pero al retirarse es sorprendido por una patrulla unitaria en la costa del Río Primero. Para evitar ser capturado Bustos se arroja a las aguas con su caballo, recibiendo graves heridas al caer en el lecho del río. Consigue refugio con campesinos de la zona, y después de un par de días logra llegar a la ciudad de Santa Fe. Allí es acogido por Estanislao López, que lo recibe cordialmente y le procura todo tipo de cuidados. Pero su salud estaba afectada gravemente, y muere el 18 de setiembre de 1830.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Bautista_Bustos
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