Notas |
- Este ingeniero, arquitecto, retratista y litógrafo francés nació en Chambery (Saboya). Estudió dibujo en la Escuela Politécnica de París y más tarde se graduó de ingeniero hidráulico. En la última ciudad fue contratado -a pedido de Rivadavia- para dirigir en nuestro medio varias obras públicas.
Arribó a Buenos Aires en noviembre de 1828 y el entonces gobernador Dorrego le encargó los planos de un muelle de desembarco, proyecto que no pudo llevarse a la práctica por la situación política y económica imperante en el país, agravada por la guerra contra el Brasil. A partir de 1829 y en los ratos de ocio de su forzosa inactividad, Pellegrini comenzó a aplicar su gran talento de dibujante y de pintor aficionado. En verdad realizó una obra que superó sus intenciones.
En principio le atrajo el aspecto de la ciudad en que fijaría su residencia hasta su muerte. Pintó a la acuarela los edificios que rodeaban la Plaza de la Victoria: el Cabildo, la Catedral, la Recova Vieja y los Altos de Escalada. También le interesaron los interiores de las iglesias o las fachadas, como la de San Francisco. Incluyó en sus obras los elegantes salones porteños, las escenas de costumbres y los motivos campestres.
En 1830 y por causa de dificultades económicas, abrió un taller de pintor retratista. Observador minucioso y gran fisonomista, adquirió rápido prestigio y fue considerado el artista de moda de una distinguida clientela.
Escribió Pellegrini en una carta: "Tardo dos horas en realizar un retrato, gano de cien a doscientos pesos diarios y entre los seis mil franceses aquí residentes, soy el más apreciado y el que frecuenta más asiduamente la alta clase."
En un año de trabajo pintó doscientos retratos, por los que cobró unos diecisiete mil pesos. Continuó con esta labor, casi ininterrumpidamente, hasta 1837.
Los retratos -más de quinientos- no constituyen una serie repetida, sino que cada uno de ellos tiene características propias. Realizados en su mayoria a lápiz, el autor completó el dibujo de las ropas con tintas trasparentes. Estas obras deben considerarse una valiosa biografía iconográfica de la época, que adquiere mayor valor por su gran contenido artístico. Entre los numerosos trabajos podemos citar los cuadros que reproducen a Juan Manuel Fernández de Agüero, donde se aprecian la sonrisa irónica del personaje y sus ojos vivaces; a la suave belleza de la señora Pilar Spano de Guido -madre del poeta Carlos Guido- y al canónigo Saturnino Segurola. Pellegrini también ensayó la miniatura, la pintura al pastel y al óleo. En esta última forma, los trabajos son discretos, como el retrato del gobernador santafesino Estanislao López.
Discípulo de Bacle, abrió un taller que llamó Litografía de Artes, donde publicó gran número de estampas, entre ellas la titulada Minuet en casa de Escalada. Veinte trabajos salidos del taller litográfico fueron incluidos en un álbum sobre costumbres gauchescas denominado Recuerdos del Río de la Plata (1841).
En el año 1837, Pellegrini abandonó su actividad artística y compró una estancia en Cañuelas, donde se dedicó a las tareas del campo. Después de la batalla de Caseros, regresó a Buenos Aires y en 1853 fundó la "Revista del Plata" sobre temas agropecuarios.
En 1840 contrajo matrimonio con María Bevans; un hijo de ambos fue más tarde presidente de la República.
El ingeniero artista proyectó obras públicas, puertos, ferrocarriles, mataderos y saladeros. Fue miembro del Consejo de Instrucción Pública y propuso la creación de las facultades de Ingeniería (1855) y de Ciencias Económicas (1858).
Como arquitecto, su obra principal fue la construcción del antiguo Teatro Colón.
Pellegrini falleció en Buenos Aires, el 12 de octubre de 1875.
Fuente: http://www.navego.com.ar/biografias/historia_arg/pintura_de_mayo.html
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