Notas |
- Médico. Hizo sus estudios en la Universidad de Uppsala donde se graduó de doctor en medicina en 1852, con la tesis Intoxicación arsenical crónica. Luego fue médico de diferentes hospitales en Estocolmo desde 1851. Allí perfeccionó sus estudios en el "Carolinska Institutet", egresando con el título de "Chirurgiae Magister". En esa capital, ejerció la profesión hasta 1855, cuando por razones de salud, abandonó su país para radicarse en Buenos Aires. Obtuvo la reválida de su doctorado en la Facultad de Medicina, en 1856, después de haber presentado su tesis sobre Causas naturales y tratamiento de la gota. Dio su examen en latín por no tener facilidad para expresarse en castellano. Conocía muy bien el idioma griego y varias lenguas nórdicas. Alcanzó gran fama como médico, y logró el aprecio y la estimación de las personas más cultas de la ciudad a cuya esfera social habría de quedar íntimamente vinculado. Se casó en primeras nupcias, en 1850, con doña Evelina Maria Heap, y fallecida ésta en 1852, se vinculó a nuestra sociedad, uniéndose en 1867, con doña Dolores Cobo y Lavalle. Luego intervino en la epidemia de fiebre amarilla que azotó a la ciudad en 1871, socorriendo a los enfermos, y destacándose por su diligencia en atacar los focos peligrosos. Al año siguiente, entró a formar parte de la "Comisión de Aguas Corrientes, Cloacas y Adoquinado", que fue la primera que tuvo a su cargo la continuación de las obras sanitarias, que con modificaciones posteriores son las que actualmente desempeñan la importante función del saneamiento de la ciudad. Durante la labor de esa comisión se construyó la primera fábrica de cemento del país y se instaló otra de ladrillos de máquina en San Isidro. También dio origen en el pals a la importante industria cerámica de la construcción, y su fundación se debe principalmente a la labor del doctor Aberg. En lo relativo a las obras sanitarias. su labor intelectual quedó demostrada con el proyecto presentado a la Comisión sobre Irrigación y Eucaliptnus, que luego dio origen a un pequeño libro publicado en 1874, por el gran interés práctico y cientifico que poseía. Puede afirmarse categóricamente que fue el primer introductor de la planta de eucaliptus en la Argentina. Hombre de ciencia dedicó la mayor parte de su vida al estudio de esa planta, y en su quinta de Ramos Mejía poseyó 61 especies cultivadas expresamente con intención experimental. La "Socicté d'Acclimatation de Paris", reconociendo el valor de su monografía sobre el eucaliptus le confirió una medalla de plata en 1874. Asimismo, el natura-lista alemán Perdinnd von Mlller, con quien mantuvo correspondencia le dedicó su importante obra Eucaliptographie (1879); rindiéndole homenaje también al denominar una especie de nueva planta de eucalipto con la designación de "abergiana". Cesó en sus funciones como miembro de la Comisión, el 31 de diciembre de 1874. Colaboró en los diarios El Nacional y La República, sobre asuntos de obras de salubridad, y se reprodujeron otros, consistentes en una polémica sostenida en el último diario citado contra el doctor Eduardo Wilde, referente a las obras comenzadas, en especial, la fábrica de ladrillos de máquina. Perteneció como municipal, en la comisión del Concejo Municipal, desde el 26 de agosto de 1875 hasta el 14 de mayo de 1877, fecha en que renunció a causa de su viaje a Europa. Entre los trabajos que promovió merece citarse las obras de embellecimiento para la construcción de la Plaza San Martín, llamada por entonces "Paseo de Marte", con cuyo nombre figura en los documentos de la época. Con anterioridad, había sido elegido miembro de la Academia de Medicina, en 1874, para ocupar el sitial del doctor Pedro Rojas. Su actividad se caracterizó por su rectitud severa en los asuntos de las discusiones académicas. Formó parte de diversas comisiones especiales, entre ellas la Comisión de Medicina juntamente con el doctor Aráuz; redactó programas, integró comisiones de exámenes y demás tareas inherentes a su cargo. El 15 de mayo de 1877, presentó su renuncia a esa corporación, por tener que ausentarse del país. Regresó a su lejana patria, y con su familia permaneció en Suecia, durante nueve años. Asistió como delegado nombrado por el superior gobierno de la Nación al Segundo Congreso Penitenciario Internacional, reunido en Estocolmo, en 1878. Volvió a Buenos Aires, en 1886 y fundó un Instituto Kinesiterápico, en colaboración con el doctor José A. Ayerza. Se trataba de un establecimiento terapéutico cuyo procedimiento exclusivo era la gimnasia mecánica sistema Zander, que tuvo bastante éxito debido más que nada al prestigio de su director. Pocos meses antes de su segundo viaje a Suecia, en 1890, la Academia de Medicina le confirió el título de académico honorario. Regresó a Buenos Aires después de pasar nueve años en su pals natal. Retirado vivió tranquilamente sus últimos años, hasta fallecer, el 30 de mayo de 1906. rodeado del respeto y estima de todos los que le conocieron. Era un hombre de rectitud serena y equilibrada, aunque tolerante. Colaboró en la Revista Médico-Quinlrgica, y escribió trabajos sobre la escoliosis y otros en idioma sueco. [3]
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