Notas |
- Nació en Buenos Aires el 3 de febrero de 1901, siendo sus padres Miguel Fullana y María Ayats, inmigrantes españoles.
Ingresó en el ejército alrededor de 1915.
En 1932 revistaba como Teniente 1°. El 25 de mayo de ese año dio un discurso conmemorativo en el Colegio de el Salvador.
Para 1938 habìa sido ascendido a capitán de infantería.
En la revolución de 1943, siendo ya teniente coronel, figuró junto a Augusto G. Rodríguez, del mismo grado, como edecán militar del Presidente de la República.
En agosto de 1943 el coronel Juan D. Perón renovó toda la Casa Militar en la presidencia y alejó al teniente coronel Fullana, destinándolo como agregado militar a Lima. Fullana partió a su destino acompañado de su familia.
El 6 de diciembre de 1820 tuvo lugar la batalla del Cerro de Pasco, en la que el general patriota Antonio Álvarez de Arenales derrotó completamente a las tropas realistas del general O'Reilly. Pues bien, cada 6 de diciembre tiene lugar un acto conmemorativo con la participación de los alumnos de las escuelas cerreñas, y, a partir de la década de los 40, los maestros y alumnos de la Escuela 491, representan al pueblo una escenificación de aquella memorable batalla 'la primera y una de las más importantes de nuestra historia'. La importancia de este acto llegó a conocerse en todos los ámbitos nacionales e internacionales. Es así que para el año de 1945, el ejército argentino envió una delegación de granaderos al mando del coronel Francisco Fullana, con el objeto de expatriar los restos del soldado argentino caído en el memorable encuentro. Esa mañana, con gran expectativa y al son de un conmovedor toque de silencio ejecutado por un corneta argentino, los granaderos cavaron en terrenos de Patarcocha y, de rodillas, con respetuosa reverencia y recogimiento, el coronel Fullana tomó varios puñados de tierra cerreña y la guardó en una hermosa urna de cristal.
En la actualidad, esa urna, está depostiada en tierra argentina junto con otras que contienen las tierras de Chacabuco y Maipú.
Pero las efemérides no terminaron ahí. Tres días después, el 9 de diciembre, se celebró en Lima el aniversario de la batalla de Ayacucho, librada en 1824, y que significó el fin de la guerra por la Independencia en América.
La 'Sociedad Fundadores de la Independencia, Vencedores el Dos de Mayo de 1866 y Defensores Calificados de la Patria' recordó el acontecimiento y en la revista de su círculo se leía:
'Sesión Especial Conmemorativa del Aniversario de gloriosa batalla de Ayacucho.
Presidencia del ministro de guerra general de división Antonio Silva Santisteban
La sesión inicióse a las 6 y 30 p.m., con asistencia de numeroso personal de socios y de los Excmos. señores Embajadores de Chile, Luis Subercaseaux, de Venezuela, Br. M. A. Pulido Méndez, de Paraguay, Coronel Luis Irrazábal y de Bolivia Dr. Rafael Ballivián, acompañados del distinguido personal de sus Embajadas.
Asistieron también comisiones de los Institutos Armados, y el Adicto Militar de la Embajada Argentina, Tte. Corl. Francisco Fullana, en representación del Embajador, Dr. Alberto Uriburu.
El Secretario de Actas, señor Enrique de las Casas, leyó la de la anterior sesión solemne, que fue aprobada sin observaciones.
El Secretario Gral. Dr. Enrique D. Tovar, R., leyó el parte oficial de la batalla, a cuyo término escucharon los asistentes el Himno Nacional.
Luego, en breve y significativo discurso, el Sr. Dr. Ignacio González Ginouves, Presidente de la Delegación chilena que concurre al Congreso de Hospitales, hizo entrega a la sociedad de una urna de cristal, con una chinela recogida en el legendario Monitor 'Huáscar' por el Dr. Juan Antonio Manrique, Cirujano del 'Cochrane', el día del combate de Angamos; habiendo pasado más tarde al poder de sus hermanas, y finalmente del sobrino de ellas, Dr. Enrique Laval, quien le confió a él, el encargo de entregarla a una Institución del carácter de la nuestra'.
En noviembre de 1945 se dio por finalizada su misión como agregado militar a la embajada argentina en el Perú. Fullana debe haber regresado al país por 1946 abordo del barco Rimac, habiendo embarcado en el Callao.
El 6 de diciembre de 1950 fue nombrado director de la Contaduría General del Ejército y por decreto del día 29 fue ascendido al grado de coronel del Ejército.
El 23 de diciembre de ese año falleció el director de orquesta, compositor y pianista Francisco Lomuto, considerado una importante figura en el ámbito tanguero. Fue sepultado en el cementerio de la Chacarita. La revista social 'Continente: mensuario de arte, letras, ciencias, humor, curiosidades e interés general' mencionó sobre su entierro: 'En la despedida conmovedora estuvieron presentes el ministro de Ejército, general de división Franklin Lucero, y su secretario privado, teniente coronel José Manuel Díaz; el ministro del interior, señor Ángel Gabriel Borlenghi; el ministro de Relaciones Exteriores, doctor Hipólito Jesús Paz; el Subsecretario de Informaciones y Prensa de la Presidencia, señor Raúl Alejandro Apold, que llevó a los deudos un mensaje de condolencia del presidente de la república y su esposa; el senador nacional almirante Alberto Teisaire, presidente del consejo superior del Partido Peronista; el subsecretario de Aeronáutica, brigadier Nicolás L. Ríos; el subsecretario de Ejército, general Juan E. A. Vacca; el director de Gendarmería Nacional, general Domingo Molina; los generales de brigada Ambrosio Vago, Luis María Robles y Francisco Fullana; vicealmirante Abelardo Pantin, capitán de navío Luis A. Cornes, capitán de corbeta Ricardo P. Anzorena, y figuras representativas de los ambientes artístico, literario y periodístico'.
Entre 1950 y 1951, Fullana fue presidente de la Biblioteca del Oficial del Ejército Argentino.
En el año 1951 fue ascendido a General de Brigada y por decreto del 31 de diciembre de 1953 a General de División.
El 16 de junio de 1955, una escuadrilla de la Aviación Naval, al mando del capitán de fragata Néstor Noriega, bombardeó la Plaza de Mayo y adyacencias, donde una multitud desprevenida aguardaba para presenciar un anunciado espectáculo aéreo. Treinta aviones de la marina arrojaron un centenar de bombas y produjeron una verdadera masacre que alcanzó a dejar, según cálculos no comprobados, dos mil víctimas, entre muertos y heridos. El jefe de la revuelta era el contraalmirante Samuel Toranzo Calderón, quien contaba con la pasividad del ministro de Marina, contraalmirante Aníbal Olivieri y con la colaboración del vicealmirante Benjamín Garguiulo y los capitanes Isaac Rojas y Francisco Manrique. En el Ejército, se sabe de la colaboración del general Eduardo Lonardi y el coronel Justo L. Bengoa. Civiles de distintas tendencias también aparecìan implicados: Miguel A. Zavala Ortiz (radical), Américo Ghioldi (socialista) y Luis M. de Pablo Pardo (nacionalista). La situación fue controlada por el gobierno y salvo los implicados que fueron presos como Torzano Calderón, Olivieri y Manrique, los demás huyeron a Montevideo.
De esta forma, el peronismo quedó no obstante, objetivamente debilitado y la oposición comenzaba a dejarse sentir, frente a los llamados pacificadores del gobierno. El único apoyo real de origen militar a la política de Perón, fue expresado por la generación militar que lo había acompañado diez años atrás como expresión de la política que al término de la guerra animaba al Ejército, a la que pertenecía Fullana. El diario 'La Nación', en su edición del 20 de junio de aquél año, consignaba la siguiente información: 'En el Ministerio de Ejército se informó que inmediatamente de iniciarse los acontecimientos que son del dominio público se hicieron presentes en el comando leal los ex comandantes en jefe del Ejército, generales del Ejército Ángel Solari, Carlos Von Der Becke y Diego I. Mason, y los generales de ejército Juan Pistarini, Juan Bassi y Laureano C. Anaya, como también un grupo de oficiales superiores, que lo hicieron en el comando en jefe, generales Santos V. Rossi, Quiroga, Luis C. Perlinger, Otto Helbling, Manuel Castrillo, Natalio Faverio, Fernando Carles, Juan B. Guaita, Julio C. Checchi, Héctor V. Noghes, Víctor Majó, Héctor D'Oliveira, Luis E. Daneri, Osvaldo B. Martín, José M. de Olano, Francisco Reynolds, Pedro B. Abadie Acuña, Martín Gras, Federico Romero y Francisco Fullana. En el comando de la Primera División Motorizada, puesto adelantado del comandante en jefe del Ejército: generales Isidro Terrada, Juan Carlos Ruda, Víctor Álvarez, Eneas Colombo, Julio Roulier, Enrique Cavange, Eugenio Galli y Alberto Guglielmone, y ratificaron su adhesión telefónicamente, los generales Felipe Urdapilleta, Juan H. Tonazzi, Nicolás C. Accame, Oscar R. Silva, Julio C. Costa, Jorge A. Giovanelli, Julio B. Montoya, Cándido L. Motter y Moisés Rodrigo'.
El 16 de septiembre de 1955 tiene lugar la Revolución Libertadora, Perón huye del país y el 23 se conforma gobierno con el general Lonardi a la cabeza, que sería reemplazado el 13 de noviembre por Pedro E. Aramburu.
Por decreto N° 4.294, fechado en Buenos Aires el 30 de septiembre de 1955 y firmado por Aramburu, se aceptaba la renuncia que hacía Fullana al cargo de Director Representante del Estado (Dirección General de Fabricaciones Militares) que ocupaba en 'Atanor', compañía nacional para la industria química, sociedad anónima mixta.
Retirado de la vida militar, falleció en su ciudad natal en la década de 1970.
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