Notas |
- Mi bisabuelo Emilio Cornelio Agrelo, Tatita, aunque nunca pude conocerlo signó mi vida de diferentes maneras. A través de sus escritos he podido vislumbrar su pensamiento y pasiones. Nació en Buenos Aires en 1856. Hijo de Emilio Antonio Agrelo Tejada y Benita Peralta García Enríquez de la Peña, Casó con María Teodora del Carmen Maldonado con la que tuvo numerosa descendencia. Hacendado, ingeniero y arquitecto de destacada labor en la primera transformación de Buenos Aires, que fue alejándose de su impronta de virreinal, hecho que criticó en numerosos artículos publicados en los diarios La Nación y La Prensa, de los cual fuera colaborador. Viajero incansable, enamorado de París, ciudad que conoció ampliamente. Autor de numerosas residencias familiares que fueran demolidas para dar paso al Beaux Arts. Afincado en su casona del Barrio de Belgrano, en 1871 Emilio Cornelio Agrelo y los vecinos, Atucha, Iturraspe, Ramírez de Castro, Goñi y Llambí compran los terrenos de la actuales Barrancas de Belgrano para "tener garantía y seguridad de ser siempre destinados al uso público..." A tal efecto la Tesorería de la Municipalidad de Belgrano emite un recibo por $5.000. La parquización quedó en manos del paisajista francés Carlos Thays y del arquitecto e ingeniero Emilio Cornelio Agrelo. Entre sus obras más importantes se encuentra el antiguo Jockey Club de la calle Florida 559. Carlos Pellegrini le describe en una carta a Miguel Cané la magnificencia del flamante edificio: "el hall es hermosísimo, pero todo desaparece ante la escalera soberbia, que se levanta y se desarrolla con una curva armoniosa. Allá en el primer descanso un foco de luz divina, la Diana Ideal, parece que se eleva lanzando una flecha que sus ojos miran e irradiando en torno una aureola de arte que envuelve la escalera entera y hace de todo un conjunto artístico, una de esas trauvailles que es necesario ver" (Jorge Newton: Historia del Jockey Club). El mismo Carlos Pellegrini ante la obra terminada indicó que se debía escribir el nombre de Emilio Cornelio Agrelo con letras de oro. El elegante antiguo Jockey Club desapareció entre las llamas de la historia en 1953. Se presentó en el Concurso de Planos destinado a la construcción del Palacio del Congreso Nacional, obteniendo Diploma de Honor y Medalla de Plata, el 12 de octubre de 1895. Hoy sobreviven al paso del tiempo, a la demolición o la historia: El Rectorado de la Universidad de Buenos Aires, antiguo Palacio Seeber Agrelo (parcialmente demolido y sin sus ornatos originales) , el Nido de Cóndores en el Zoológico de Buenos Aires, el actual Hotel Esplendor Buenos Aires ex-Phoenix Hotel, la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen en Villa Urquiza (con severas modificaciones), las Cocheras Presidenciales, el Hospital Pirovano, el Cofre que guarda la bandera del Crucero Acorazado San Martín, el ex Hotel Windsor, Avenida de Mayo 802 y Las Galerías Pacífico -- conocidas en su momento como El Bon Marché Argentino. Su residencia de verano en Ituzaingo - de su autoría - fue testigo de numerosas tertulias entre los cuales se encontraba el mismo Carlos Pellegrini, Miguel Cané, Francisco Uriburu y Emilio Bunge y otras personalidades del arte y la política de su época. Emilio Cornelio Agrelo fiel a su altruismo, donó y emplazó la fuente que engalana el Paseo del Pilar, obra del arquitecto Juan Antonio Buschiazzo. Junto a su cuñado Francisco Seeber cofundó Villa Urquiza y donó los terrenos para la instauración de su primera escuela. Con fuerte inclinación por el arte, fue pintor y cofundó la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, de la que fuera presidente. Se relacionó con Alfonso Bosco, grabador y litógrafo italiano, llegado al país en 1886 y junto a Eduardo Sivori, Emilio Cornelio Agrelo se configura como iniciador del aguafuerte en la Argentina. Su fuerte inclinación por la fotografía, una novedad en esos tiempos, lo llevó a documentar la transformación de Buenos Aires. se constituyó como Director de Obras Públicas de la Ciudad de Buenos Aires y como Presidente de la Comisión de Bellas Artes. Al final de su prolífica vida, se dedico a la escritura de varios ensayos sobre su Buenos Aires de antaño. Su extensa biblioteca se encuentra en la Biblioteca del Jockey Club de Buenos Aires. Falleció un 16 de septiembre de 1933. Emilio Cornelio Agrelo, Tatita, marcó nuestras vidas, nos incluyó en una trama de sentidos sociales y culturales. No hay rincón de la casa que no lo recuerde. La pinturas que comprara en París, un espléndido Charles Joshua Chaplin, custodia las palabras que escribo y junto a él un pequeño Mary Cassatt me susurra detalles que no conocía. Su magnífico escritorio escritorio Luis XVI y su silloncito Luis XV esterillado me resumen su gusto refinado. Aun me sorprende su biblioteca, la cual repasé con ojos curiosos siendo niño y con mirada atenta en la adultez. Cuando, por algún motivo voy a Galerías Pacífico, muy adentro lo saludo con un ¡Hola Tatita! Su inmensa biblioteca de planos, la custodia un primo, pero varios de ellos han sido enmarcados como obras de arte y recuerdo de un Buenos Aires perdido para siempre. No dejo de recordar las palabras de su hija Carmen "Camecha" Agrelo de Carreras Silveyra relatándome sus lágrimas ante las ruinas del Jockey y el intentar salvar lo insalvable, en ese día trágico. Sívori, desde un autorretrato intenta contarme más y Bosco interrumpe los relatos con anécdotas de los primeros pasos del Grabado en la Argentina. Tatita, se aficionó con pasión a esta rama del arte y nos dejó un sinfín de grabados estupendos. Tatita, es y será mi paradigma en el arte, mi norte a dónde poner la mirada frente en un cuadro famoso o ignoto. [3]
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