Notas |
- En cuanto a "Isidora Alonso", aquella hija natural que hubo Domingo Alonso de Lajarrota en Gregoria Villalba, diré que la niña habitó con su madre en la casa del barrio de San Nicolás; ello hasta que Gregoria Antonia Villalba resolvió matrimoniarse con Juan Díaz Romero. Entonces Isidora se fue a vivir con la familia del pulpero Juan Benito González y la mujer de este, Laura Larraisal.Corrido el tiempo, la muchacha, ya mayor de edad, se casó con un francés llamado José Prudant, "relojero de oficio". La correspondiente partida expresa que, el 10-11-1773, en la Catedral porteña, José Prudant, nativo "del lugar de Dufai, Obispado de Bezanson, en el Reyno de Francia" (hijo de Nicolás Prudant y de Claudia Bartholomé) contrajo matrimonio con "Isidora de Lajarrota, criada en casa de don Benito González". Fueron testigos, Francisco de Borja Creu y Santiago, "negro sacristán de la Iglesia".Cuando José Prudant testó, el 4-1V-1789, ante el Escribano Pedro Nuñez, dijo ser "natural de la parroquia de Dufay, en Borgoña, Obispado de Bezanson en el Reyno de Francia". Mandó enterraran su cadáver con hábito mercedario en la Iglesia de la Merced, pues era hermano de esa orden. Declaróse casado con Isidora de Lajarrota "hija natural de don Domingo de Lajarrota, Caballero de la Orden de Alcántara y de doña Gregoria Villalba", de cuyo matrimonio el testador enumeró 5 hijos suyos; Marcos, Santiago, Paulino, Florencia y Manuela. Declaró que a la casita del barrio de San Nicolás, aportada por su consorte a la sociedad conyugal, la había vendido, y que con el precio de la transferencia adquirió una pulpería, "la qual se fue disipando y menoscabando hasta que no quedaron más que unos cuantos fragmentos de poco valor". Con el consentimiento de su esposa - que debía de ser muy pobre - dispuso que sus hijas, luego de su fallecimiento, se entregasen; una, a Manuela Artechea y Turrezuri, mujer de Manuel Arana; y la otra a Justa Zelis, mujer de Joseph Gómez Peychoto, "para que las cuiden y atiendan hasta que tomen estado, sin que de otra manera salgan del poder de dichas Señoras". El causante vivió por lo menos un año más, ya que al tiempo de otorgar el referido testamento, aún no había nacido su hijo menor; Manuel Silvestre.En cuanto a Isidora Lajarrota, en 1788, a nueve años de la muerte de su padre don Domingo, les puso pleito a los Albaceas de dicho finado, ante el Alcalde de 2e voto Miguel Saenz de Erze y oficio del Escribano Juan José Rocha. Pretendía la demandante se le costearan alimentos. A su vez los Albaceas Josefa de la Quintana y Agustín Casimiro de Aguirre, alegaron en autos que La Jarreta no posea al morir más bienes que la casa de su habitación (que compró para Aguirre) y una quinta en las orillas de la ciudad, cuyos productos (verduras?) constituían el único ingreso del causante para antender su subsistencia y a la de su familia. Dicha quinta, llamada "de los Olivos", con acceso a la calle "de la Piedad", habíala heredado Josefa de la Quintana de sus padres; y abarcaba dos cuadras en su frente al Este, por cuatro de fondo hacia el Poniente. Hogaño ese terreno encerraría las 8 manzanas que atraviesan, de Sur a Norte, las calles Bartolomé Mitre, Cangallo y Sarmiento, y de Este a Oeste las de Rodríguez Peña, Callao, Río Bamba, Ayacucho y Junín. (Ver el apellido de la Quintana). En el pleito aludido que no llegó a nada, declararon como testigos propuestos por los Albaceas demandados; Thomás Rodríguez, el Coronel Marcos Joseph de Larrazabal, los hermanos Francisco y Antonio José de Escalada (mi antepasado), Alejo Caxaravilla, Domingo de Nevares, el arcediano Miguel Joseph de Riglos y el Cura de la Catedral Juan Cayetano Fernandez de Agüero; y por la parte actora; Narciso Martínez de Segovia y Antonio Warnes.por Carlos F. Ibarguren
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