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Santa María Antonia de Paz y Figueroa Zurita, (*)

Santa María Antonia de Paz y Figueroa Zurita, (*)[1, 2, 3]

Mujer 1730 - 1799  (69 años)

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  • Nombre María Antonia de Paz y Figueroa Zurita 
    Título Santa 
    Sufijo (*) 
    Apodo Mama Antula 
    Nacimiento 1730  Silípica, Santiago del Estero, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [3
    Sexo Mujer 
    Fallecimiento 7 Mar 1799  Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [3
    Entierro Basílica Nuestra Señora de la Piedad, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    ID Persona I61341  Los Antepasados
    Última Modificación 11 Feb 2024 

    Padre Sargento Mayor Miguel de Paz y Figueroa Mendoza,   n. 1692, Santiago del Estero, Santiago del Estero, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Madre Ana de Zurita Suárez 
    ID Familia F22772  Hoja del Grupo  |  Family Chart

  • Mapa del Evento
    Enlace a Google MapsNacimiento - 1730 - Silípica, Santiago del Estero, Argentina Enlace a Google Earth
    Enlace a Google MapsFallecimiento - 7 Mar 1799 - Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
    Enlace a Google MapsEntierro - - Basílica Nuestra Señora de la Piedad, Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
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  • Fotos
    Paz y Figueroa Zurita, María Antonia
    Paz y Figueroa Zurita, María Antonia de
    Paz y Figueroa Zurita, María Antonia de

  • Notas 
    • Declarada Santa por el Papa Francisco, en la Basílica de San Pedro, el 11 de Febrero de 2024.
      El Papa proclamó Venerable a María Antonia de Paz y Figueroa
      Buenos Aires, 5 Jul. 10 (AICA)

      Venerable sor María Antonia de Paz y Figueroa

      El Santo Padre Benedicto XVI autorizó, el pasado jueves 2 de julio, a la Congregación vaticana para las Causas de los Santos a promulgar el decreto por el que se reconoce que la Sierva de Dios María Antonia de Paz y Figueroa (María Antonia de San José) practicó las virtudes cristianas en grado heroico y la proclamó Venerable. De este modo la religiosa, conocida como "Mamá Antula", dio un paso decisivo en el proceso de su beatificación.

      Nacida en Silípica (Santiago del Estero) en 1730 y muerta en Buenos Aires el 7 de marzo de 1799, fundó la Santa Casa de Ejercicios de Buenos Aires y las Hijas del Divino Salvador.

      María Antonia de Paz y Figueroa y sus "beatas"

      En 1760, en Santiago del Estero, María Antonia de Paz y Figueroa reunió a un grupo de chicas jóvenes que vivían en común, rezaban, ejercían la caridad y colaboraban con los padres jesuitas. En quel entonces se las llamaba "beatas"; ahora se les dice laicas consagradas. Durante veinte años María Antonia estuvo al servicio de los padres jesuitas, asistiéndolos especialmente en las tareas auxiliares de los ejercicios espirituales.

      Cuando se produjo la expulsión de los jesuitas en 1767, María Antonia pidió al mercedario Diego Toro que asumiera las tareas propias de la predicación y la confesión, mientras que ella se ocuparía con sus compañeras del alojamiento y las provisiones para continuar con los ejercicios espirituales. La amistad con los jesuitas la siguió manteniendo vía epistolar.

      Viajaba caminando descalza

      Tiempo después abandona Santiago del Estero para organizar ejercicios espirituales en Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y La Rioja. "Mamá Antula" -así empezaron a llamarla- era una mujer con un estilo muy peculiar. Los viajes los hacía caminando descalza y pidiendo limosnas. No quedan testimonios de cuántas veces preparó ejercicios en algunas ciudades, pero sólo en Tucumán se hicieron sesenta. A pesar de sus viajes por montañas, desiertos y parajes que desconocía, jamás sufrió percance alguno. En Catamarca padeció una enfermedad y fue desahuciada por el médico. "Me encomendé al Sagrado Corazón y me encontré curada pronto, sin ningún remedio", aseguró. Una vez se rompió una costilla, en otra ocasión se dislocó un pie "pero fui curada una y otra vez por una mano invisible", repetía.

      En Córdoba y Buenos Aires

      En menos de un año organizó en Córdoba ocho tandas de 200 y 300 personas. Y siempre conseguía las limosnas suficientes como para mantener a toda esa gente e incluso en ocasiones había un excedente que sería para ayudar a pobres y presos.

      Pero en Buenos Aires no fue muy bien recibida. La trataron de loca, borracha, fanática y hasta de bruja. El obispo mostró desconfianza y postergó la respuesta por nueve meses, mientras solicitaba informes sobre María Antonia. Luego no sólo le dio autorización sino que además se convirtió en un gran admirador y le dejó un nada despreciable legado

      Terminantemente opositor fue el virrey Vértiz, dada su antipatía visceral hacia todo lo que fuese jesuítico. En esa actitud firme permaneció por dos años y con poderes sobre el terreno religioso, le negó a María Antonia la autorización para organizar los ejercicios espirituales. Pero ella no le dio gran importancia; le dio la espalda y se retiró.

      En esa espera, el dinamismo de María Antonia no tuvo sosiego. Ni bien contó con la autorización, ya tenía todo preparado para iniciar los ejercicios espirituales. La semilla de estas prácticas germinó rápidamente y el éxito logrado entusiasmó al obispo, quien dispuso pagar el alquiler de la casa y puso a su disposición a su mayordomo para cualquier urgencia.

      En tanto, dos amigas suyas habían emprendido en Salta y Tucumán la organización de los ejercicios espirituales. Este hecho, unido a la trascendencia que cobraba esta práctica religiosa, la alentó a darle forma a su pequeño grupo de beatas, con una serie de pasos que comenzaron en un postulantado, la vestición del hábito, y la formulación de votos privados.

      Tiempo después Madre Antula fue invitada desde la Banda Oriental (hoy Uruguay) para propagar los ejercios espirituales.

      Miles de ejercitantes porteños

      Hacia 1788 escribió Ambrosio Funes una carta contando que en ocho años habrían hecho ejercicios espirituales unas setenta mil personas. Por eso proyectaba una casa dedicada especialmente a estas prácticas. Como respuesta obtuvo la donación de tres parcelas de terreno contiguas. Pero faltaba todo lo demás, de manera que inició nuevamente a solicitar ayuda y tuvo como apoderado en esta tarea a Cornelio Saavedra.

      La práctica de los ejercicios espirituales pasó a convertirse en una de las actividades religiosas más prestigiosas de la vida porteña, y tanto los sectores de abolengo, como los de condición humilde encontraron en Mamá Antula a la persona a quien encomendaban sus oraciones por diversas necesidades.

      En 1784 el obispo de Buenos Aires, Sebastián Malvar y Pinto, enviaba una carta al Papa informándole que durante los cuatro años en los que se habían realizado los ejercicios espirituales en esa ciudad, habían pasado unas quince mil personas, sin que se les haya pedido "ni un dinero por diez días de su estadía y abundante manutención".

      La gravitación de María Antonia

      En Roma, las cartas de María Antonia a sus amigos los jesuitas, después de ser traducidas al latín, francés, inglés y alemán, eran enviadas a distintas naciones, en particular a Rusia, único país que no había sufrido el destierro de los jesuitas. Ciertos conventos franceses se habían reformado al leer sus cartas. La importancia asignada por el obispo de Buenos Aires a los ejercicios, lo llevó a disponer que "ningún seminarista se ordenase sin que primero la beata certificase la conducta con que se hubiesen portado en esos ejercicios". Con lo cual se asignaba a María Antonia un papel significativo en la Iglesia porteña de ese entonces.

      El retiro final

      María Antonia sentía que le flaqueban las fuerzas. Contaba sesenta y nueve años y no pudo ver concluida su obra. Murió el 7 de marzo de 1799. Pero el grupo de mujeres que la acompañaba se convirtió en una pujante congregación religiosa en 1878, que hoy desarrolla sus tareas apostólicas en varias provincias. El corazón de la Madre Antula sigue palpitando en la Santa Casa de Ejercicios que se conserva en Buenos Aires como uno de los edificios más antiguos de la ciudad y atesora viejos recuerdos en forma de imágenes, muros, puertas y patios, que constituyen un patrimonio vivo de la historia argentina.

      Proceso de canonización

      Fue beatificada el 27 de agosto de 2016.

      A fines de 2018, se cerró el proceso canónico de un posible milagro de María Antonia de Paz y Figueroa, ocurrido en la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz. Se trató de un hombre de esa provincia que sufrió un ACV y había sido diagnosticado sin esperanzas de sobrevivir. Dicho paciente tuvo una recuperación inesperada, sin explicación lógica desde lo científico. Las investigaciones fueron enviadas a la Santa Sede en Roma, para que ser analizadas por los cuerpos profesionales y teológicos. De aprobarse y pasar las siguientes instancias, podría ser el segundo milagro conseguido por intercesión de Mama Antula, necesario para que sea declarada santa.

      En mayo de 2019 se produjo la apertura de dicha causa, la cual no reportó ningún tipo de objeción ni dificultad. Fue el primer control que se realizó, donde se constataron las copias de las actas de la instrucción diocesana remitidas a Roma. Finalizado ese primer trámite, se pedirá el decreto de validez jurídica para luego pasar al estudio oficial de la Congregación para las Causas de los Santos para otorgarle validez jurídica. Luego, se preparará la documentación para solicitar la designación de los peritos de oficio. Si es positiva su evaluación, se fijará la fecha para la consulta médica de la Congregación. Si la consulta médica declara positiva la curación por lo inexplicable, la causa avanzará al estudio de los teólogos. Si ellos lo confirman, será el tiempo de la evaluación de los cardenales y obispos. Este último paso debe avalar todo lo anterior para que el papa firme el documento del milagro y apruebe el Decreto de Canonización. De esta manera, se deberá determinar la fecha de la canonización y se inscribiría en el libro de los Santos a Mama Antula. [4]

  • Fuentes 
    1. [S1254] Moyano Aliaga, Alejandro, Don Jeronimo Luis de Cabrera 1528-1574, (Centro de Estudios Genealogicos de Cordoba, Cordoba, 2003, Editorial Alcion).

    2. [S1234] Bravo de Zamora, Alberto, Los Paz y Figueroa en Santiago del Estero, (Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, Revista #31, Bs. As., 2003).

    3. [S556] Costas Romano, Manuel F., Costas Romano, Manuel F., (mcostas2000(AT)yahoo.com.ar).

    4. [S246] Wikipedia, (www.wikipedia.org).