Notas |
- Resulta lugar común apuntar que el apellido patronímico derivado del nombre Pedro simboliza en Juan Pérez al quidam, al individuo anónimo del pueblo; por tanto, los innumerables Pérez que, durante siglos, a través de múltiples linajes proclaman su raigambre hispánica, desde el circunscripto punto de vista del "pedigree" - para emplear un anglicismo expresivo y moderno - representan la homogeneidad irrelevante del hombre del montón. Sin embargo, si se profundiza en la historia, los llamados "hijos de Pedro" provienen - filológicamente claro está - de la voz PETRUS, que no es otra cosa que la tradición latina del apodo puesto por Jesucristo a Simón, el rudo pescador del lago Tiberíades, a quien el Hijo de Dios instituyó "piedra"fundamental de su Iglesia.
En consecuencia, al difundirse el cristianismo en la primitiva Edad Media, esos "hijos de Pedro" - los Pérez - no solo pulularían incluídos en el idioma romance español, sino que, con evidentes apelativos, abarcaron a todas las lenguas de la Cristiandad. Y así tenemos a los "Petersohn" alemanes, a los "Peterson" ingleses, a los "Mac-Peter" irlandeses (celtas), a los "Petrofitz", antiguos normandos, a los "Petersen" escandinavos, a los "Petroff", "Perowick" y "Petrowish"rusos (eslavos). Como se echa de ver, acaso no haya apellido más esencialmente cristiano y universalizado que el de esos "hijos de Pedro".
El investigador peninsular Brígido Ponce de León, en su Historia y grandeza del apellido Pérez, señala esta verdad indubitable; "Los Pérez, por su origen, son ante todo y sobre todo cristianos desde su aparición en la historia de la humanidad y, además, vienen en cierto modo a ser una confesión pública y constante de la supremacía de la cátedra de Pedro, que desde los tiempos primitivos de la Iglesia, hasta los actuales, ha sido y es blanco de los odios, no solo de los paganos y herejes, sino de todos los que falsa y postizamente llevan el nombre de cristianos. Sin duda que muchos españoles no se han dado cuenta de esta verdad, incluso muchos de los que llevan este glorioso apellido. Para los enemigos de Cristo no ha pasado nunca inadvertido, y el menosprecio y tono molesto con que algunas veces se pronuncia es, en el fondo, antiespañol y anticristiano. Si hay algún apellido que pueda sintetizar en sí el nexo esencial entre lo español y lo católico, es sin disputa, el apellido Pérez", concluye el publicista citado.
En lo que concretamente a los Pérez de Burgos se refiere, Julio de Atienza, en su Diccionario Nobiliario Español, les adjudica un blasón tronchado por banda de oro engolada en dragantes de sinople; la parte superior es de gules, y la inferior de sinople; y todo el escudo está circuído por bordura de gules con trece roeles de oro.
por Carlos F. Ibarguren Aguirre
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