Notas |
- Para desentrañar el enigma de su descendiente femenina hay que remontarse a 1812, cuando el creador de la nuestra bandera llegó por primera vez a la ciudad que sería cuna de la independencia. Allí se vinculó con una ilustre familia de apellido Helguero
Es cuando conoce a una jovencita de 15 años llamada María de los Dolores, hija de Victoriano Helguero y Manuela Josefa Liendo, quienes vivían en la esquina de las actuales calles San Martín y Maipú, en la capital tucumana. De acuerdo con el testimonio del fray dominico Jacinto Carrasco, el General se había propuesto desposar a Dolores, pero la guerra contra el invasor lo empujó a Salta sin que hubiera concretado su anhelo, aunque la muchacha quedó encinta y más tarde dio a luz a Mónica Manuela. El mismo padre Carrasco opina que los Helguero, ante el hecho consumado, hicieron casar a su hija con un joven de la zona que pronto la abandonó. Ella, avergonzada, partió con la pequeña en sus brazos rumbo a Catamarca, huyendo de la sociedad tucumana que murmuraba por lo ocurrido.
La niña fue traída a Buenos Aires en 1825, cinco años después de la muerte de su progenitor. Fue criada por doña Juana, hermana del ilustre patriota. Tuvo una esmerada educación que fue tutelada por su tío, el canónigo Domingo Estanislao Belgrano. Todos recuerdan que era muy parecida su padre. "El señor Rivadavia me colocaba siempre debajo de ese retrato (el de Belgrano) para admirar la semejanza que tenía con mi papá", dejó escrito en una carta. Al transitar por los 15 años fue cortejada por su coprovinciano Juan Bautista Alberdi, pero ella lo rechazó y optó por darle el sí a Manuel Vega y Belgrano, un pariente lejano, empresario radicado en la ciudad bonaerense de Azul. Con él tuvo tres hijos: Carlos, Flora y Manuel.
Belgrano jamás olvidó a "la infanta tucumana", a quien consideró el gran amor de su vida. Al morir, en junio de 1820, le dejó en herencia una cuadra de terreno, con habitaciones, en Tucumán, además de disposiciones que aseguraron su protección en el futuro. La educación por ella recibida confirma que se cumplió rigurosamente la voluntad testamentaria.
Fuente: http://hechosypersonajes.com.ar/notas10.htm
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