Notas |
- Capitán del ejército realista durante la guerra por la independencia. Tras la derrota de Ayacucho, en 1824, quedó prisionero de las fuerzas patriotas.
A finales de 1832, el coronel Manuel Puch se alió a José Ignacio de Gorriti con el objetivo de derrocar al gobernador federal de Salta, Pablo Latorre, pero las autoridades tuvieron noticia de esto y dispudieron el arresto de los complotados.
Fueron capturados el coronel Juan de la Cruz Puch (hermano de Manuel y primo de los Nadal) y Napoleón Güemes (este pariente político de los Nadal), quienes, a través de los cerros, se habían internado en la Quebrada de Jujuy. Llevados a la capital, se los procesó a fin de descubrir quiénes estaban involucrados en la intento y así poder tomar las medidas necesarias para el mantenimiento del orden público. En medio del juicio y para evitar que la guarnición fuera seducida, los transportaron con gran precaución a Castañeras, juntamente con aquella. Pero el 25 de octubre, mismo día en que debía celebrarse el consejo de guerra a los detenidos, los soldados de la custodia (sin ningún oficial al mando) fueron comprados y seducidos, y así fue que se amotinó la tropa de la guarnición, un total de 80 hombres. Inmediatamente los prisioneros fueron puestos en libertad, y colocándose a la cabeza de las fuerzas alzadas el coronel Puch, su hermano Dionisio, el coronel Juan Mariano Nadal y Napoleón Güemes, 600 hombres atacaron por sorpresa el desguarecido pueblo. Marcharon entonces estos sobre Salta con considerable número de tropas, y fue necesario defender esa conquista de una noche.
Pero el 7 de noviembre fueron sorprendidos por el gobernador delegado Pablo Alemán, quien mandaba una fuerza de 1.000 hombres, siendo completamente derrotados en la batalla de Pulares. Veamos cómo ocurrió esto.
Trescientos hombres, incluido Nadal, salieron de Salta a tomar posiciones sobre el campo de Medeiros. Latorre envió un escuadrón de avanzada, que fue derrotado y disperso. Entonces mandó en su apoyo un entero regimiento, pero también fue derrotado por el hábil Dionisio Puch. Esto representó un importante tropiezo para Latorre.
Escarmentando con estas derrotas, el enemigo ya no se atrevió a acercarse ni a provocar a los rebeldes.
Los alzados llegaron sin ser molestados a la quebrada de Pulares, y se situaron en la embocadura, cubriéndola con una doble fila de infantería.
La caballería se situó a la derecha. La izquierda, por su parte, se apoyó en un cerco. Los campesinos de la zona, desarmados, se acercaban para unirse a los revolucionarios, y fueron situados a retaguardia. A las cinco de la mañana se escucharon los primeros tiros de las avanzadas. Se desplegó una guerrilla y en su apoyo un regimiento. En ese momento, Dionisio Puch notó que el enemigo pretendía atacarlo por la izquierda, con el fin de romper el cerco donde estaba apoyada su tropa, y rápidamente marchó a impedir el paso con una mitad de tiradores. El coronel Nadal, actuando como jefe de estado mayor, lo alcanzó, tomó el mando de esa mitad, y envió a Puch a ponerse a la cabeza de la infantería, que se encontraba bajo el fuego de un regimiento enemigo a las órdenes del coronel Mariano Boedo. Puch logró contener a la caballería, e hizo frente a estas descargas. La primera línea ya había roto el fuego a su orden; y la segunda se preparaba para hacerlo, cuando el cerco se rompió, Nadal cayó muerto junto a su ayudante Felipe Niño, la caballería fue puesta en fuga por la superioridad numérica del regimiento que ya había alcanzado la retaguardia, donde los auxiliares desarmados no pudieron hacer otra cosa que huir, incapaces de resistir tanto empuje. Quedaron tendidos en el campo 100 hombres y fueron hechos 200 prisioneros, habiendo logrado escapar Güemes y Puch, quienes más tarde emigraron a Bolivia. [1]
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