Trinidad Lawson Demaría

Mujer 1831 - 1866  (~ 34 años)

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  • Nombre Trinidad Lawson Demaría 
    Bautismo 9 Ago 1831 
    Sexo Mujer 
    Fallecimiento 31 May 1866 
    ID Persona I12536  Los Antepasados
    Última Modificación 13 Mar 2010 

    Padre Eduardo Lawson Pingney, (*),   n. Cir. 1787, Bowness-on-Solway, Inglaterra, Reino Unido Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 12 Feb 1841, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad ~ 54 años) 
    Madre María de la Encarnación Engracia Josefa Demaría Escalada,   c. 23 Mar 1801, Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 1861 (Edad ~ 59 años) 
    Matrimonio 20 Jun 1820  Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    ID Familia F6561  Hoja del Grupo  |  Family Chart

    Familia Julián Pedro Lynch Zavaleta,   n. 22 Feb 1815, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 7 Ene 1859 (Edad 43 años) 
    Matrimonio 16 Jul 1855  Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Hijos 
    +1. Enriqueta Rosario del Sagrado Corazón de Jesus Lynch Lawson,   n. 23 Feb 1857, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 30 Jul 1936, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 79 años)
     2. Julián Lynch Lawson,   n. 26 Abr 1858, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 13 Oct 1916, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 58 años)
    ID Familia F6558  Hoja del Grupo  |  Family Chart
    Última Modificación 13 Mar 2010 

  • Mapa del Evento
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  • Notas 
    • Trinidad Lawson Demaría - mi bisabuela - recibió las aguas bautismales el 9-VIII-1831. Las vísperas de cumplir sus 24 años contrajo matrimonio, el 16-VII-1855, con Julián Pedro Lynch Zavaleta, bautizado en Buenos Aires el 23-II-1815, que la sobrepasaba en 16 años. Diecinueve meses después de la boda, el 23-II-1857, Trinidad luego de un parto muy difícil - asistida por su tío el ginecólogo Francisco Almeyra (marido de Trinidad Demaría Escalada) y por el doctor Ventura Bosch - dió a luz a su hija Enriqueta. Una vez salida de cuidado la madre primeriza trasladóse con la criatura y su marido, al campo donde este trabajaba; la estancia "Rincón de San Patricio", en Baradero, perteneciente al suegro Lynch. Allá, la joven señora tuvo que encarar las responsabilidades de una vida dura, como era entonces la que se vivía en la campaña bonaerense; vida desconocida para una muchacha pueblera, acostumbrada a los mimos, halagos y favores maternales y de toda su ilustre y numerosa parentela, estrechamente vinculado al pequeño gran mundo de la "Gran Aldea" porteña.
      En aquel tiempo Buenos Aires estaba separado del resto de las provincias, presididas constitucionalmente por Urquiza. El Estado porteño y la Confederación Argentina, frente a frente, hallábanse empeñadas, por el momento, en una "guerra fría". Un año atrás, el Congreso de Paraná sancionó la ley de los derechos de Aduana llamados "diferenciales", con propósito de arruinar al puerto de Buenos Aires y obligar a la provincia a someterse al gobierno de la Confederación. En dicha circunstancia, doña Encarnación en una de sus carta fechada el 2-XII-1857 y dirigida al "Rincón de San Patricio" para sus hijos Julián y Trinidad, entre noticias familiares y dimes y diretes sociales, hacía, de refilón, el siguiente comentario político; "... ya sabrán Uds. que hay proposiciones de Urquiza para tratar, pero nadie cree que haya arreglo, pues dicen que ni unos ni otros lo desean; que los ministros extranjeros se lo han pedido a Urquiza y éste lo ha pedido acá, pero sin ninguna intención. Lejos de esto, dicen que él se apronta; unos dicen que para una nueva invasión, solo o con los indios; otros dicen que los auxilia a los indios para que vengan solos. Quien sabe lo que será cierto, pues ya Uds saben lo que se miente ...".
      Un montón de noticias de familia y hablillas sobre personas conocidas, siempre traían esas cartas de misia Encarnación. Así que Sara Lawson - su nieta - estuvo "malísima, y con muchos vómitos, grandes chuchos y una fiebre que volaba, y al poco le atacó la cabeza"; que "la pobre de la de Beccar (Carolina Mansilla) ha muerto"; que "Pepe Arana (José Joaquín Arana Demaría) se casa con la hija de don Pedro Sáenz Valiente" (Avelina, "beldad" que recuerda en su libro Calzadilla), "y va a vivir con Petrona" (Demaría Escalada, madre de Pepe); que "Luchito Mansilla se ha suicidado en Europa" (felizmente esto resultó sólo un rumor); que "Mercedes Gómez" (hija de José Damián Gómez Obligado y de Manuela Ibáñez Marín) "tomó una purga y murió"; que "Cobo (José Manuel) se casaba con Clara Ocampo". Entre la enumeración habitual de estos acontecimientos privados, la correspondencia de marras hacia llegar también, al agreste "Rincón de San Patricio", informaciones teatrales así: Que "el teatro de Colón, por ahora, está cerrado, pues la Grani se fué a Montevideo, pues mientras hubo ópera no la querían contratar, y con los gastos tan crecidos que tiene el teatro, se ha fundido la empresa. Las famosas bailarinas francesas también están aquí de balde, pues le tienen miedo al Colón y no hay por ahora nadie que las quiera tomar. En el teatro de la Victoria trabaja lo peor de las dos compañías dramáticas, y dicen que está lleno. En verdad que es de la gente que en ninguna parte se ve, pero a ellos que les importa con tal de ganar plata. Y en el teatro del Porvenir son los mismos franceses antiguos; la Valentina, el marido, muchos otros y algunas bailarinas, se han vuelto a Europa".
      "Mucho siento el que otra vez estés embarazada - le escribió la madre a Trinidad el 27 de setiembre de aquel año 57 -, no por otra cosa que por la lidia de la criatura. Así que es preciso que te alimentes mucho, para que te encuentres fuerte y no necesites de ama". Y Julián Lynch, el 23 de diciembre siguiente, le ponía a su suegra en una carta; "A fines de este mes, tal vez el lunes de la semana que viene, iremos embarcados para esa, y tendremos el gusto de abrazar a Uds". Y cuatro meses más tarde, en Buenos Aires, el 26-IV-1858, Trinidad alumbraba a un varón; Julián, su segundo hijo.
      De tiempo atrás, Julián padre se sentía enfermo, con "unos nacidos en una pierna"; várices, que degenerarían en flebitis. Esas lesiones, entonces irreparables, le provocaron dificultades circulatorias, úlceras, hemorragias, y finalmente una infección general que le arrebató la vida el 7-I-1859. El deceso había ocurrido en la estancia, hallándose mi bisabuelo lejos de los suyos. Su cadáver quedó sepultado en el cementerio de Baradero ...
      Viuda a los 28 años, Trinidad asumió la tutoría de sus hijos Enriqueta de 2 años y Julián de apenas 9 meses. Su marido, por único inmueble, dejaba una finca en la calle Esmeralda 272 de esta ciudad. A esto se debe agregar que el causante - como ya sabemos - trabajaba en sociedad con su padre en la estancia de éste, "Rincón de San Patricio", en Baradero. Allí le correspondía una cuarta parte de la hacienda vacuna, la mitad de la yeguariza y otro tanto de la lanar; perteneciéndole también "la mitad de la casa de azotea y los muebles de ella - no los ranchos". Con anterioridad Julián había realizado negocios ganaderos de medianería con sus cuñados Eduardo y Roberto Lawson, y, al tiempo de su muerte, era dueño de la mitad de la majada del puesto de Nieva, puestero el cual tenía una quinta parte en las ventas de lana.
      Como aún vivían los padres Patricio Lynch e Isabel Zavaleta, solo el fruto de su trabajo, y no una fortuna, les dejaba mi bisabuelo Julián a sus hijos y a su mujer. Esta, más adelante, heredaría de su madre una casa en la calle Bolivar 244 y un terreno en el Tigre plantado con árboles frutales.
      Pero si la situación económica de Trinidad y sus hijitos, sin ser floreciente, resultábale llevadera (descontado el amparo incondicional de Roberto y María Eugenia Lawson) lo grave, lo afligente, era la mala salud de la joven viuda. Desde poco antes de casada, ella no anduvo bien de los pulmones. En 1857, su madre doña Encarnación, le escribía a la estancia de Baradero; "Ese dolor al pulmón que tu dices, no tengas duda que es nervioso, Jose María (Lawson) estuvo el mes pasado así, y con una untura de aceite de almendras calientito y una bayeta caliente se le quitó". No fue la cosa tan simple; presumo que la muchacha soportaba - sin saberlo - una tuberculosis larvada, crónica. Lo cierto resultó, que a los siete años de haber perdido a su marido, Trinidad contrajo una erisipela gravisima, febril, incurable. En sus delirios (el patético recuerdo no se borró en la familia) ella cantaba a viva voz la popular melodía de la ópera Fra Diávolo, del compositor francés Auber; y, en difinitiva, aquella infección generalizada interrumpió su canto y le cortó el aliento el 31-V-1866.
      Ese mismo día, el párroco de la Catedral al Sur, José Cornelio Santillán, "dió licencia de sepultura al cadáver de Doña Trinidad Lawson, blanca, de 26 años de edad, natural del país, domiciliada en la calle Bolívar 197, viuda de Don Julián Lynch, que murió, el día de la fecha, de irisipela, según testimonio de Lauro Cabral, de 40 años (funebrero). Recibió los sacramentos de Penitencia, Eucaristía y Extremaunción, y no hizo testamento".
      La sucesión de mi bisabuela tramitóse ante el Juez de 1ª Instancia Jacinto Cárdenas, Secretaría Eduardo Munilla, Defensor de Menores González Garaño, Secretario José María Huergo y Abogado asesor Dr. Eduardo Basavilbaso. Los bienes pertinentes ya fueron especificados con anterioridad. Añado que el terreno en el Tigre, valuado en 14.000 pesos, lo adquirieron en condominio, más tarde, por esa misma suma, Encarnación Lawson de Arning y Manuel Lawson, y que las hijuelas de los niños herederos sumaron 113.319 pesos y 40 centavos, para cada uno.
      por Carlos F. Ibarguren Aguirre