Notas |
- Guerrero de la independencia, se inició en la carrera de las armas en 1807.
Participó en el sitio de Montevideo (1811). En octubre se firmó el "Tratado de pacificación entre la Junta de Buenos Aires y el virrey Elío", por el cual éste último hacía retirar las tropas portuguesas que se encontraban en la Banda Oriental, y el gobierno de Buenos Aires levantaba el bloqueo y el sitio terrestre de la capital.
Al suspenderse las operaciones y en reconocimiento a su desempeño en combate, los hermanos Juan, Gil y Rafael Méndez, junto a otros oficiales, fueron declarados "Benemérito(s) de la Patria en Grado Heroico", y regresaron a Buenos Aires.
En la Banda Oriental, Rafael, a los órdenes directas de Pagola, comandante de las divisiones orientales, tomó parte en el segundo sitio de Montevideo, en el Cerrito. Al amanecer el día 31 de octubre de 1812, los patriotas fueron sorpresivamente atacados por las fuerzas de Vigodet. Después de copar las avanzadas de caballería y de rechazar las de infantería, los realistas marcharon sobre el Cerrito. El jefe patriota, José Rondeau, luego de reagrupar a sus hombres, ordenó cargar a los regimientos 4 y 6 de infantería y al de Dragones de la Patria. Luego del contraataque patriota, los realistas se dieron a la fuga en completo desorden.
Méndez fue nombrado Portaguión del 2º Escuadrón del Regimiento de Dragones de la Patria el 21 de abril de 1813, y en septiembre de ese mismo año continuaba revistando en las tropas sitiadoras.
El 17 de mayo de 1814, el bergantín 'Cisne', comandado por Tomás Sostoa, la goleta 'María' y la balandra 'Vigilancia', que era conducida por su propietario Francisco Castro y todas naves realistas, fueron perseguidas por la 'Hércules' al mando del almirante Guillermo Brown. En esta circunstancia, mientras la 'María' fue capturada, el 'Cisne' y la 'Vigilancia' se echaron sobre la costa meridional del Cerro y sus tripulantes les prendieron fuego en el momento de abandonarlas. Antes de que el bergantín explotara, al ver aquellos buques abandonados en la orilla, acudió a galope tendido, desde el campo sitiador ubicado en Cerro, el oficial Méndez con una partida de 24 Dragones. Rápidamente sacaron la lancha del 'Cisne', pero ni bien subieron a bordo, hizo explosión la mina, quedando con vida sólo el mencionado oficial, aunque malherido, y 4 soldados.
Luego de la rendición del sitio, el mismo 23 de junio, se les confirió a Isidoro, a Juan, a Gil y a Rafael Méndez, el uso de sendas medallas de plata y se lo distinguió, una vez más, con el dictado de 'Benemérito(s) de la Patria en Grado Heroico'.
Méndez, vuelto a Buenos Aires, y con fecha de 24 de febrero de 1815, sería nombrado Teniente 1° del Cuerpo de la Guardia de Caballería del Superior Gobierno de Buenos Aires, y ascendido a Ayudante mayor del mismo el 16 de marzo del mismo año.
El 22 de julio de 1818 fue designado capitán de la 2º compañía de los 'Húsares de la Unión', pasando a retiro en el cuerpo de Lanceros con fecha de 13 de febrero de 1821. Al año siguiente entró en la reforma militar impulsada por el gobierno del general Martín Rodríguez.
Después de ser reformado desempeñó algunos empleos (como el de Juez de Paz de Quilmes en 1825), y en diciembre de 1828 adhirió a la revolución, ocupando el puesto de Comisario de Policía, etc. Vinieron las persecuciones de Rosas, y tuvo que emigrar a la Banda Oriental en 1830. El 4 de enero se publicó en la Gaceta un documento suscripto por cierto número de emigrados argentinos en Montevideo: Manuel B. Gallardo, Juan Andrés Gelly, Juan C. Varela, José María Rojas, Pedro José Díaz, Jacobo D. Varela, Pedro J. Domínguez, Florencio Várela, Patricio Maciel, Rafael Méndez, Florencio Girau, Mariano Gainza y José Várela, declarando no ser desterrados, ni haber sido perseguidos por las leyes, ni cometido crimen alguno, y que, cualquiera que fuesen sus ideas políticas, y cualquier que fuese la marcha del gobierno, jamás se permitirían el menor ataque contra él ni fomentarían las disensiones de sus conciudadanos.
Desde entonces Méndez jamás se separó de los argentinos. Acompañó al general Lavalle en su campaña sobre Entre Ríos.
Luego de la batalla de Caaguazú (28 de noviembre de 1841), buscó incorporarse al ejército victorioso del general Paz, en compañía del brigadier general Martín Rodríguez, su consuegro.
Iniciado el sitio de Montevideo por las tropas federales, en 1843, Méndez ocupó un puesto en la plaza, sirviendo más a Buenos Aires que a su patria natal.
Una oscura noche (31 de marzo de 1843), Méndez fue comisionado por el jefe de la plaza, el general José M. Paz, para registrar un local donde aparentemente había ciertos disturbios. En seguida, traslado y autos al "Fiscal en Comisión", el comandante Méndez, que había recibido órdenes de levantar un sumario al respecto. En la respectiva nota se indica que el desorden había tenido lugar "en la pulpería de Jacobo Etcheverry". Trató Méndez de constituirse, "a sus efectos", en dicho almacén, y, tras minuciosa pesquisa oficial, aseguró "que no encuentra tal casa de comercio, ni tampoco al pulpero, el citado Etcheverry." Al acudir Paz con su escolta al punto de donde provenía la batahola, por estar oscuro y haber cesado el barullo de improviso, no dio con el lugar del suceso. Al otro día, buen táctico y mejor estratega, Paz identificó fácilmente la pulpería y al pulpero.
Durante aquellos años, Méndez prestó servicios de bastante importancia, y obtuvo por ellos el grado de teniente coronel y el empleo de edecán del Presidente Suárez por decreto del 8 de abril de 1846.
Murió desempeñando funciones el 31 de julio de 1847, cuando aún no había terminado la guerra.
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