Notas |
- Respecto a mi lejano abuelo Diego Diez Gómez, diré que sirvió en la milicia desde el grado de Alférez hasta alcanzar la alta jerarquía de Maestre de Campo y Gobernador de Armas de la provincia del Tucumán y sus fronteras. Gran parte de su vida guerreó contra los indios del Chaco y del valle Calchaquí. El Gobernador Angel Peredo (1670-1675) designó al Alférez Diez Gómez Teniente de Caballería de su guardia, porque éste, "en sus cortos años había servido en diferentes ocasiones en la conquista de los indios del Valle Calchaquí, y al par por la provincia del Chaco; lo mismo en la provincia de Córdoba contribuyó con donativos a S.M. y con otros servicios de igual correspondencia", todo "muy a satisfacción, con lustre de su persona, armas y caballos".
Subordinado al Gobernador José de Garro (1675-1678), Diez Gómez "siguió al alcance de los enemigos fronterizos hasta sus tierras, yendo a esa empresa en el carácter de Capitán de Infantería". Y el Gobernador Juan Diez de Andino (1678-1681) ascendió a don Diego a "Sargento Mayor de las armas y batallón de la gente de guerra". Con ese grado "entró al castigo de los indios enemigos que se apropiaron de las armas , caballos y de la mayor parte del caudal que había en la Capitanía General". Nuestro hombre era -- en opinión del Gobernador -- "persona de bastantes méritos y servicios y experiencia militar ... afianzado con la calificación de sus servicios en diferentes tiempos y ocasiones, con puestos y cargos militares; así en la ciudad de Córdoba del Tucumán, donde ocupó el de Alférez y Teniente de Infantería y Caballería para los socorros del puerto de Buenos Aires, como también el de Capitán de Infantería Española de número, en la ciudad de Salta, en donde con legítima causa se halla en dicho puesto, con crédito y estimación de la buena cuenta que ha dado de dichos cargos, a satisfacción de sus superiores, en la guerra que siguió para el alcance y castigo de los enemigos fronterizos hasta sus mismas tierras, consiguiéndose así evitar su osadía".
Mas tarde, cuando Fernando de Mendoza y Mate de Luna tuvo noticia de las bárbaras y sacrílegas muertes del Venerable Pedro Ortiz de Zárate y del Padre Solinas, consumadas por los indios mocovíes el 27-X-1683, "en el término de 24 horas -- según dijo aquel Gobernador -- conseguí poner en marcha , con el Sargento Mayor Diego Diez Gómez, bastante gente, para retirar los cuerpos y castigar a los enemigos si los encontrase". El Sargento Mayor Lorenzo Arias y mi antepasado Diez Gómez hallaron los restos de ambos mártires, que fueron transportados seguidamente a Jujuy y a Salta. Por este cometido, y el socorro que prestó a la guarnición española del Fuerte de Zenta, más el escarmiento llevado a cabo contra los indómitos aborígenes chaqueños, "que mataron un religioso de la Compañía de Jesús y al Cura de la ciudad de Jujuy, que estaban doctrinando y enseñando la ley evangélica", el Gobernador Mendoza Mate de Luna promovió a Diez Gómez a Maestre de Campo, "con todas las atribuciones y preeminencias de dicho cargo".
Con el Gobernador Tomás Félix de Argandoña (1686-1691) Diez Gómez efectuó "una entrada a la provincia del Chaco para castigar a los indios mocovíes y demás naciones que la habitaban, por las muertes, robos en las estancias y otros delitos que de muchos años a esta parte había ejecutado su cruel barbaridad". El enemigo llegó "casi a la ciudad y fundación nueva de San Miguel de Tucumán, a distancia de media legua, y mató y degolló a cuarenta y tres personas, haciendo estragos; causa por la cual se vió obligado (Argandoña) a entrar a dicho castigo con gente española y el ejército formado; convocando para ello a las ciudades de Santiago, San Fernando (Catamarca), la del valle de Choromoros (fortín salteño) y las de Salta y Jujuy". Al contingente de milicianos de Salta condújolo a la lucha el Maestre de Campo Diez Gómez, diestro Capitán de guerra ... que desde sus tiernos años se había dedicado al Real servicio con todo amor, a su costa, con armas y caballos". Era mi lejano abuelo, al decir del Gobernador; "de noble calidad ... descendiente de pobladores y conquistadores de calificados servicios, como el de Maese de Campo Bartolomé Mansilla". En mérito de todo esto, Argandoña designaba a Diez Gómez "Capitán a Guerra de Salta", en presencia de los Maestres de Campo Antonio Quijano, José Luis de Cabrera y Diego Vélez.
Y el Gobernador Juan de Zamudio (1696-1702) nombró en 1697 a mi antepasado Teniente de Gobernador en "la ciudad de San Felipe de Lerma Valle de Salta, la más populosa en comercio y gente después de esta de Córdoba", habida cuenta de los "antecedentes de sangre y méritos propios del Maestre de Campo General D. Diego Diez Gómez, Encomendero y vecino de dicha ciudad, de la que fue Alcalde, fomentando la construcción de la Iglesia parroquial y conventos, distinguiéndose también en actos de guerra, en la que agotó parte de su caudal".
En otro orden de cosas, señalaré que Diez Gómez había sido agraciado con la merced de "Molinos", en el valle Calchaquí hasta la cordillera Nevada, en cuyas tierras asentó la hacienda de "San Pedro Nolasco". Cree el historiador Atilio Cornejo que "vinculándose Diez Gómez, como lo hizo en Salta, pues era natural de Córdoba, y por su matrimonio con Doña Valeriana de Escobar Castellanos, se hiciera cargo de la merced y encomienda citada. Recuérdese -- añade Cornejo -- que esta última fue hija del Maestre de Campo Don Tomás de Escobar Castellanos, que se distinguió en la campaña contra los calchaquíes", y fuera también encomendero de los pueblos de "Chicoana" y "Atapsi", pertenecientes a los indios "pulares", en el citado valle. En consecuencia la hacienda y encomienda de Molinos -- según Cornejo -- "se habría transmitido sucesivamente del Maestre de Campo Don Tomás de Escobar Castellanos a su hija Doña Valeriana de Escobar Castellanos y Luis de Cabrera y al esposo de ésta Maestre de Campo Don Diego Diez Gómez; de éste a su hija Doña Magdalena Diez Gómez de Aguirriano y Garro, luego de Isasi Isasmendi; de ésta a su segundo esposo el General Don Nicolás Severo de Isasmendi". Esto no pasó tan exactamente como lo supone don Atilio. Ya se dijo más atrás que las encomiendas de "Chicoana" y "Atapsi" vinieron a recaer en el hermano mayor de doña Valeriana, José de Escobar Castellanos y Cabrera, aunque "el Churcal, antigua sala de Atapsi", lindaba por el sur con la "Hacienda de Molinos".
El Maestre de Campo Diego Diez Gómez -- cuya vida se extinguió en Salta "la noche del 3 al 4 de enero de 1709" -- y su mujer Valeriana de Escobar Castellanos y Cabrera, procrearon un varón y dos hembras.
por Carlos F. Ibargure Aguirre
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